EU, Seúl y Tokio acuerdan frenar ‘provocaciones’ norcoreanas tras lanzamiento de misiles

Representantes de los gobiernos de Corea del Sur, Estados Unidos y Japón intercambiaron y coordinaron posiciones con motivo del lanzamiento de cuatro misiles balísticos, llevado a cabo a primera hora por el Ejército norcoreano.

El responsable de la Oficina de Seguridad Nacional (NSO) de Seúl, Kim Kwan-jin, mantuvo una conversación telefónica con el consejero nacional de seguridad estadounidense, Herbert R. McMaster, en la que ambos acordaron aumentar la presión y las sanciones sobre Pyongyang, según portavoces del Gobierno surcoreano.

Por su parte, el ministro de Exteriores surcoreano, Yun Byung-se, y su homólogo japonés, Fumio Kishida, también acordaron, vía telefónica, reforzar la cooperación entre Seúl y Tokio para frenar lo que consideran provocaciones del régimen de Kim Jong-un.

A su vez, el representante de Seúl en las negociaciones para la desnuclearización de la península coreana, Kim Hong-kyun, se entrevistó con sus homólogos el estadounidense, Joseph Yun, y el japonés, Kenji Kanasugi.

Los cuatro proyectiles lanzados este lunes por Corea del Norte desde su costa noroccidental volaron unos mil kilómetros hacia el este y cayeron en el mar de Japón.

Tres de ellos cayeron en la Zona Económica Especial (EEZ) de Japón -espacio que se extiende a unos 370 kilómetros desde las costas niponas-, cerca del litoral de la prefectura septentrional de Akita.

El ensayo contribuye a incrementar aún más la tensión en la península coreana, donde la semana pasada Washington y Seúl iniciaron sus maniobras militares anuales, las mayores hasta la fecha.

El viernes pasado, Corea del Norte amenazó, en su diario estatal “Rodong Sinmun”, con llevar a cabo nuevos ensayos de misiles en respuesta a estos ejercicios, que Pyongyang considera un ensayo para invadir su territorio.

Tras lanzar un misil de medio alcance el 12 de febrero, el de este lunes es el segundo ensayo balístico que realiza Corea del Norte desde que su líder, Kim Jong-un, anunció, en Año Nuevo, que Pyongyang ultimaba el desarrollo de un proyectil intercontinental (ICBM), arma que podría permitirle alcanzar territorio de Estados Unidos.

LHE