Desde ayer se encuentra en la iglesia First Unitarian donde le dieron refugio para evitar ser deportada a México.
“Sentí que yo estaba en riesgo y decidí que no les iba a dar el gusto de simplemente presentarme y hacerles fácil el trabajo, cuando yo sé que también su trabajo no lo están haciendo bien. Tuvieron 70 días para responder y no lo hicieron”, dijo Jeanette.
“La dinámica cambió, porque cuando los niños se quedan aquí, tengo que tener voluntarios para que me ayuden a llevar los niños a la escuela, en algunas ocasiones para recogerlos. No hemos tenido tiempo de pasar mucho tiempo juntos desde que estoy aquí, y es difícil”, narró Vizguerra.
Según su representante legal Hans Meyer, su caso se complicó cuando las autoridades migratorias negaron una extensión a su orden de deportación.
“La decisión de ICE, de Aduanas de negar su amparo de deportación, es una decisión 100% política. Lo que nosotros tenemos que hacer es defendernos, confrontar el cambio y empujar para que el gobierno tome su caso y decida su caso a su favor”, dijo el abogado Hans Meyer.
“Bueno, él está haciendo toda la parte legal, está buscando los recursos, va a puchar en Washington con los argumentos legales que él va a meter, de que no hicieron su trabajo aquí, de que traten de aprobarlo lo más rápido que se pueda. No es una garantía, pero vamos a seguir luchando y buscando opciones”, dijo la refugiada Jeanette.
Mientras tanto, esta madre y sus hijos continúan “asilados” en esa iglesia que no solo les ha abierto sus puertas sino también los corazones de todos sus feligreses.
Con información de Rodolfo José Cárdenas
KAH