CRIMEN Y SEGURIDAD

Tatuadora rusa convierte cicatrices en mariposas y flores

Flores y mariposas son lo que una artista de tatuajes en Rusia ofrece a víctimas de violencia doméstica para ayudarlas a cubrir las cicatrices de relaciones abusivas que ellas quieren dejar en el pasado.

Yevgueniya Zakhar colocó un anuncio en su página en medios sociales el año pasado ofreciendo tatuajes gratis a mujeres abusadas, luego de enterarse de una artista brasileña que ya ofrecía el servicio. Muy pronto se vio inundada por pedidos, pero se estresó tanto escuchando las historias de sus clientas de las golpizas y quemaduras sufridas que tuvo que limitar esas visitas a un día por semana.

No esperaba ser inundada por visitas”, dijo Zakhar, de 33 años, que trabaja en Ufa, una ciudad 1.200 kilómetros (745 millas) al este de Moscú. “Tenía que trabajar en de dos a cuatro clientas por día. Realmente asusta mirar ese problema y oír lo que las personas están diciendo”.

Esta semana, el presidente Vladimir Putin firmó una controversial ley que despenaliza algunas formas de violencia doméstica. La medida hace la agresión contra un familiar que no resulte en daños corporales un delito castigable con apenas una multa o 15 días de arresto.

La violencia doméstica es un problema persistente en Rusia. La policía estima que aproximadamente 40% de todos los delitos violentos ocurren dentro de las familias. En un sondeo el mes pasado por el estatal Centro de Estudios de la Opinión Pública, 19% de los encuestados dijeron que es “aceptable” golpear al cónyuge o hijo “en ciertas circunstancias”.

Partidarios de la nueva ley insisten en que la misma no alienta la violencia, sino que da alas familias la oportunidad de reconciliarse tras lo que la autora de la medida, Olga Batalina, describió como un “conflicto emocional, sin malicia ni consecuencias graves”.

Las clientas de Zakhar usualmente escogen mariposas y diseños florales para cubrir señales visibles de abusos. Las mujeres comparten con la artista los horrores de relaciones que pasaron de malas a violentas a brutales. Convertir las cicatrices en algo que ellas escogen eleva su autoestima y las ayuda a ganar nuevas perspectivas sobre el trauma, dijo Zakhar.

“Las mujeres están dispuestas a hablar porque será la última vez que hablan de sus cicatrices”, dijo. “Después no hablarán de eso, sino de sus hermosos tatuajes, no de la cicatriz”.

 

 

AAE