Gabriela Tun, tiene 70 años de edad, vive en la comunidad indígena maya de Tekit, al sur de Yucatán.
Su hija, de 42 años, se fue a Estados Unidos a trabajar hace 12 años y le envía dinero cada mes para pagar los estudios de sus tres hijos quienes son profesionistas y para construir su casa que en los últimos dos años quedó terminada.
“Ella les manda dinero para sus estudios, tiene dos licenciadas, un licenciado. Me manda dinero para mis medicinas, mandó dinero y mandó decir que le compren su terreno y pagó su casa”, contó Gabriela Tun.
El censo de 2017 señaló que 180 mil yucatecos viven en 62 ciudades de Estados Unidos, 62 mil pertenecen a la zona indígena maya.
De acuerdo con el Banco de México, las cifras por remesas en 2017 para Yucatán fueron de 154.58 millones de dólares, 9 por ciento más que en el 2016.
Dinero que ha servido para las familias de los migrantes para incrementar su patrimonio y elevar la calidad en la educación de sus hijos.
Rosario Cetina, del Instituto para el Desarrollo del Pueblo Maya, comentó: “Todos esos ahorros, esas remesas que llegan son para la educación de sus hijos que no pudieron irse con los padres”.
Víctor vivió ocho años en Estados Unidos, cada mes enviaba dinero a su esposa para ahorrar y con ello logró levantar una panadería en Mérida.
“Estamos trabajando en la panadería, eso fue lo que pudimos absorber y de eso estamos viviendo. Ahora, las inversiones se fueron en eso, el dinero que logramos juntar lo invertimos en ello”, contó Víctor Villalobos.
Con información de Alejandro Sánchez.
RAMG
