Dicen en las comunidades de los Montes de Ocuilan, que colindan con el estado de Morelos, que cuando ruge la tierra ni a Dios respeta.
La parroquia de Santiago Apóstol colapsó, la iglesia de San Sebastián está “quebrada” y a la iglesia de Santa María el sismo le arrebató la cúpula.
En los Montes de Ocuilán están los olvidados del sismo.
“Gracias a Dios nos han llegado muchísimos víveres, ropa, pero lo que más, más, necesitamos es que nos den, lo que sea, láminas, que nos manden cemento, que nos manden arena, que nos manden madera para volver a reconstruir, aunque sea un cuartito”, dijo Israel Medina del Comité de la comunidad Tlatempa.
Tlatempa es una pequeña comunidad de 66 familias que viven a la orilla de la carretera.
Más de la mitad de las casas de esta comunidad quedaron destruidas o están fracturadas.
Habitantes de Montes de Ocuilan, Morelos, los olvidados del sismo. (Noticieros Televisa)
Don Saúl Mina lloró dos veces. El día que 7.1 grados Richter le destruyeron su casa y hoy, que terminó de derruirla para empezar de nuevo.
“Para mí es como un familiar, un familiar que muere, así de duro, aunque digan que no es lo mismo que una vida humana, pero la casa no sé la queríamos tanto. La casa era parte de la familia”, enfatizó el señor Saúl.
Más de la mitad del pueblo tiene que acostumbrarse a vivir sin casa o con la casa llena de grietas.
Habitantes de Montes de Ocuilan, Morelos, los olvidados del sismo. (Noticieros Televisa)
Tampoco tienen iglesia y la escuela primaria, apenas se sostiene de pie.
Pero la ayuda de otros como ellos ha comenzado a llegarles.
Y de verdad, son tantos que tienen miedo que el pequeño puente que conecta con la comunidad, también se les caiga.
Las brigadas de voluntarios se organizan y caminan a donde haga falta. Como sea, en lo que sea, a donde sea.
“Lo que nosotros queremos es entregarlo personalmente a los necesitados, porque creo que es lo más correcto”, señaló el voluntario Martín López.
Habitantes de Montes de Ocuilan, Morelos, los olvidados del sismo. (Noticieros Televisa)
En el centro de acopio del pueblo, las botellas llevan mensajes: “Hoy estamos aquí contigo”, “Sonríe”.
Los trascabos han entrado, vecinos y voluntarios, tiran lo que queda.
Kilómetros más abajo, en la montaña, está Ahuatenco. Aquí si hay presencia del Ejército que apoya en el albergue de la comunidad. Mientras a pico y pala se derrumba lo que el temblor no derrumbó.
“Corremos peligro también así con todo esto. ¿Prefieren tirarlo? Sí, para estar más tranquila, de hecho, en la noche se escucha como truena”, señaló la damnificada de Ahuatenco Edith Gutiérrez.
Lo que sigue en los Montes de Ocuilan no será fácil. Y habrá que reconstruir estos lugares rotos.
Con información de Alberto Tinoco
KAH
