Donald Trump, quien una vez se preguntó para qué servían las vacaciones y que reprendió a su predecesor en varias ocasiones por tomarlas cuando tenía que estar en la oficina, dejó este viernes la Casa Blanca para empezar una estancia de 17 días en uno de sus lujosos clubs de golf.
Además de haber fracasado en obtener victorias legislativas relevantes en sus primeros siete meses en la oficina, Trump sigue reñido con varios legisladores republicanos en diversos frentes.
La Casa Blanca dijo que su estancia en Bedminster eran “vacaciones de trabajo”, y explicó que iban a hacer reformas en la sala oeste de la residencia presidencial, motivo por el cual Trump tenía que salir de la ciudad.
El presidente “seguirá trabajando las dos próximas semanas”, dijo la portavoz Lindsay Walters.
Según la prensa estadounidense, Donald Trump toma más vacaciones que su predecesor Barack Obama, a quien, sin embargo, criticaba constantemente por este tema.
“Abandonaré muy poco la Casa Blanca porque hay mucho trabajo que hacer”, había afirmado el actual presidente durante la campaña electoral en julio de 2015. “No sería un presidente que toma vacaciones”, señaló entonces. “No sería un presidente que toma tiempo libre”.
“No tendría tiempo de jugar al golf”, señaló en agosto de 2016.
Según la revista Fortune, los estadounidenses tienen una media de diez días de vacaciones pagadas al año.
FJMM