ECONOMíA

BCE deja tasas sin cambios, cierra puertas a recortes adicionales

El Banco Central Europeo (BCE) indicó el jueves que no planea recortes adicionales de tasas de interés ya que han mejorado las perspectivas de la zona euro, pero dijo que una inflación acotada implicaba que continuaría inyectando más estímulo en la economía de la región.

La actividad del bloque ha registrado su mejor desempeño desde la crisis financiera global de hace casi una década, pero se esperaba que el BCE adoptara una postura más cauta, pues el repunte de la inflación aún no ha mostrado una tendencia convincente.

“El Consejo de Gobierno prevé que las tasas de interés clave del BCE sigan en sus niveles presentes por un período extendido de tiempo y bastante después del horizonte de las compras de activos netas”, dijo el banco, eliminando una referencia que mantenía desde hace tiempo a posibles tasas más bajas.

El organismo mantuvo su política expansiva sin cambios, como se preveía ampliamente, incluyendo su programa de compras de bonos por 2.3 billones de euros (2.59 billones de dólares) junto con tasas de interés inferiores al cero por ciento, pese a la resistencia de Alemania.

Anunciando pequeñas mejoras en sus previsiones de crecimiento hasta 2019, el presidente del BCE, Mario Draghi, dijo en conferencia de prensa que el banco ya no ve riesgos para el crecimiento sesgados a la baja.

“Consideramos que los riesgos para el panorama de crecimiento ahora están ampliamente equilibrados”, dijo a los reporteros en Tallin, la capital de Estonia, algo que los mercados ya habían descontado.

Pero el banco recortó las proyecciones de inflación para los próximos tres años y dijo que todavía se necesitaban cantidades “sustanciales” de estímulo a través de su esquema de compras de activos sin precedentes.

Draghi dijo que no se discutió la posibilidad de recortar gradualmente las adquisiciones de bonos el futuro durante el encuentro.

El euro marcó el mínimo en una semana de 1.11995 dólares, una caída de alrededor de 0.4 por ciento en el día, mientras Draghi hablaba.

Con la decisión del jueves, la tasa de depósito del BCE, su herramienta clave, sigue en -0.4 por ciento. Su programa mensual de compras de activos continuará totalizando 60,000 millones de euros y seguirá al menos hasta diciembre.

El BCE dijo que ahora veía la inflación de este año en sólo 1.5 por ciento, debajo de una estimación previa de 1.7 por ciento. Luego apenas aceleraría a 1.6 por ciento en 2019, contra una estimación anterior de 1.7 por ciento, alejándose de la meta oficial de 2 por ciento o cerca de ese nivel.

“No ha pasado nada sustancial en la inflación, excepto el precio del petróleo y el precio de los alimentos (…) la inflación subyacente ha seguido igual año a año”, notó.

La previsión del crecimiento económico para este año fue de 1.9 por ciento frente a un cálculo anterior de 1.8 por ciento.

La postura cauta del BCE también fue motivada por las pesadas deudas que enfrentan los gobiernos y las empresas, la montaña de créditos en mora que afectan a los bancos en naciones como Italia y Portugal y la incertidumbre política antes de las elecciones de Alemania e Italia.

No se espera ningún anuncio de su programa de estímulo (QE, por sus siglas en inglés) hasta el otoño boreal, cuando los funcionarios creen que el cuadro económico se habrá aclarado.

Los políticos alemanes en particular han pedido una finalización más pronta de la QE, diciendo que erosiona los activos de los ahorristas y desalienta que otras naciones de la zona euro impulsen reformas para que sus economías sean más eficientes.

 

 

 

 

 

 

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