Venta de bebés, un delito que crece en Perú

En Perú, la Policía asestó varios golpes a raptores de bebés pertenecientes a organizaciones criminales que compran recién nacidos a través de las redes sociales.

Increíble, la compra y venta de seres humanos, un escalofriante y sórdido delito que ha crecido últimamente bajo las sombras de la ignorancia y la impunidad.

“Usted tiene laptops, computadoras, tablets, cómo es que usted ingresa al internet para hacer el pedido de…”, pregunta un policía a una sospechosa.

Ella, de nombre Danny Villar Ramírez, responde: “Yo no he pedido, yo no he hecho ningún pedido”.

Esta mujer, intervenida por la policía en su domicilio en el distrito limeño de Los Olivos, en la zona este de la ciudad, tenía en su poder al bebé identificado con la clave 10017. Por el recién nacido pagó 100 dólares a su joven madre Luz Hualparimachi.

No es, desafortunadamente, un caso solitario.

“Se han encontrado organizaciones criminales pequeñas que se organizan para manejar este tipo de explotación”, explica Freddy Castillo, director policial contra la trata de personas.

Otro caso es el de Sofía.  Los tratantes de personas le dijeron que la ayudarían a criar a su hijo. Le dieron 300 dólares, pero la engañaron y le hicieron firmar papeles de adopción en favor de una pareja de esposos chilenos. La Policía frustró la operación.

Los tratantes de personas no tienen escrúpulos. Se valen de mil artimañas para engañar a sus víctimas. Una de las mentiras más comunes es decir que los padres interesados en adoptar niños no pueden tener hijos.

“En las investigaciones realizadas se ha establecido que esta persona no era lo que ella indicaba sino que al contrario, se dedicaba a raptar niños y adolescentes que estaban embarazadas, que no querían criar a los niños”, añade Freddy Castillo.

La Policía ha realizado recientemente 38 operativos. Muchos de estos casos fueron contactados a través de la página web bebera.com

El jurista penal Mario Amoretti recuerda que la trata de personas y en especial la venta de niños es castigada severamente por la ley.

“Aquel sujeto o aquella persona que entrega a un niño a otra mediante el ofrecimiento de un pago de una suma de dinero está incurriendo en este delito”, dice Mario Amoretti.

Sin duda, un camino oscuro, que nadie debería transitar más aún si Perú ha fortalecido en los últimos años su sistema legal de adopciones.

Por su parte, Eda Aguilar, representante de la asociación Acogiendo, señala: “Que la adopción no parte de la necesidad de un adulto de querer tener un hijo, a un niño bajo su cuidado, sino nace de la necesidad de aquel niño”.

Bajo esta doctrina, el estado peruano y las instituciones que patrocinan el bienestar de los niños buscan nuevos hogares a los menores en riesgo o abandonados.

Nada mejor que la garantía de una familia consolidada para asegurar el futuro de los niños en adopción.

 

Con información de Ricardo Burgos, corresponsal de Noticieros Televisa.

 

AAE