La alimentación del niño hasta los tres años de edad es clave para su salud nutricional.
En esta etapa se empiezan a establecer los hábitos alimentarios que se mantendrán durante la infancia y que garantizarán un crecimiento y desarrollo adecuados.
Tiene que ser natural y con menos químicos.
Araceli Betancourt, madre de un menor, dijo: “La mejor alimentación es el seno materno y ahorita por su edad le estoy empezando con ablactación de frutas y algunas verduras”.
Angelina Zapatero Luna, abuela de un menor, comentó: “Le damos al bebé algunas frutitas, algunas verduritas, porque todavía no come de todo”.
“Ahora ya es muy diferente, que ya no les dan como antes, que les dábamos todo, ahora ponen reglas como hasta los seis meses le empezaron a dar, y antes no, antes les daba uno a los tres meses ya les daba uno de comer, y ahora hasta los seis meses les empiezan a dar”, agregó Angelina Zapatero Luna.
Los niños a menudo ingieren demasiadas calorías, la mayoría procedentes de grasas saturadas.
Consumen en exceso las proteínas de origen animal, carnes grasas y embutidos.
Además consumen en exceso la ingesta de alimentos muy energéticos y de azúcares simples.
Consumen altos alimentos manufacturados, comida rápida o bollería.
Toman demasiada sal con las comidas, incluida la que está ‘escondida’, por ejemplo, en las conservas.
Hacen dietas con pocos cereales integrales, frutas, verduras, legumbres, pescados y lácteos bajos en grasas.
Hacen aporte insuficiente de fibra, calcio, Vitamina D, hierro, selenio, zinc.
Beben poca agua frente a un alto consumo de bebidas azucaradas, como por ejemplo los refrescos o los zumos industriales.
Realizan un desayuno insuficiente, que no cubre las necesidades energéticas para una jornada llena de clases, deportes, actividades extraescolares y deberes.
Y hacen raciones excesivamente grandes.
Con información de Karina Cuevas
LSH
