Más de tres mil doscientos haitianos que no lograron el sueño americano, han tomado un rumbo económico incierto en Baja California.
Se estima que el ochenta por ciento de ellos, no cuentan con seguridad social, trabajan en la informalidad y son vulnerables a ser explotados laboralmente.
“En Mexicali vemos más gente en la calle comparado con Tijuana, aquí vemos que venden mazapanes, están vendiendo dulces, realizan esa actividad, sin embargo, aquí vemos que el proceso de regularización va más adelantado y se están incorporando poco a poco al sector servicios al sector construcción e igualmente a la industria maquiladora”, detalló Juanita Pérez Floriano, secretaria del Trabajo de Baja California.
Jean Delmond llegó a Tijuana a finales del 2016. Cambios en las políticas migratorias de Estados Unidos, lo obligaron a establecerse en la frontera norte de México, pero cinco meses después de su arribo, sus condiciones de trabajo no han sido las ideales.
“Yo trabajé en construcción, pero pagaban multo poquito por eso esta semana fui a otro trabajo, pero hoy no fui porque no me siento mucho bien”, explicó Jean Delmond Carrielus, haitiano.
De acuerdo con la delegación del Instituto Nacional de Migración (Inami) en Baja California, solamente mil cien haitianos han regularizado sus condiciones de estancia.
El Inami ha entregado novecientos permisos por razones humanitarias y el resto como refugiados permanentes, para poder trabajar formalmente en la frontera mexicana.
De esta forma, dependencias de los tres órdenes de gobierno promueven la incorporación al mercado laboral de personas como Jean, para que cuenten con prestaciones de ley y puedan lograr el sueño de obtener una mejor calidad de vida.
Con información de José Antonio Aviles
MAP
