SALUD

Indígenas de Campeche impulsan consumo de carne de cocodrilo por sus beneficios

Se puede imaginar comer costillas a la barbecue o asadas al carbón, empanadas, estofado, en bistec o unas albóndigas hechas con carne de cocodrilo.

En la comunidad de Isla Arena al norte de Campeche, en donde viven alrededor de mil personas se promueve el consumo de carne de cocodrilo como uno de sus atractivos culinarios.

“Por ahorita lo estamos ofreciendo a la plancha, al mojo de ajo y a la mantequilla y apenas estamos incursionando con costillas a la Barbecue, a la valentía y a la búfalo, aunque el cocodrilo lo puedes guisar de diferentes manera y todas están riquísimas”, asegura Romualda Gómez, representante de Wotch a’ayin.

La agrupación indígena Wotoch A’ayin creó una unidad de manejo para la conservación de la vida silvestre, en donde crían, producen y ofrecen a los visitantes carne de cocodrilo de la especie moreletii.

Con sabor y olores suaves, y de color blanco, la carne de cocodrilo puede ser cocida, frita o asada, y los restos transformados en caldos o estofados.

“Me supo muy rica, es una carne muy suave, me sabe a pollo, nos prepararon unos platillos exóticos para deleitar ese tipo de carne y la verdad está muy, muy rica”, dijo Ivette Vega, comensal.

En la Isla Arena, el cliente puede ver cómo se prepara la comida, y se rompe el mito de que la carne es dura y tiene que ser hervida.

Además, la carne de cocodrilo es de muy bajo contenido graso y tiene muchas proteínas.

“Es una delicia, podría decirse que es la mejor carne del mundo, está limpia de colesterol, enriquecida con las tres omegas, 3,6 y 9, tiene un poderoso regenerador celular y la defensa inmunológica del cocodrilo podría ser la más poderosa de todas las especies del planeta”, destacó Carlos Rivera, encargado de Wotch A’ayin.

El cocodrilo pertenece a la familia de los reptiles puede medir hasta seis metros de largo y pesar 800 kilogramos y que hasta hace unos años el cocodrilo se encontraba dentro de la lista de especies en peligro de extinción.

Con información de Gerardo Sánchez

HVI