ESTADOS UNIDOS

Burocracia, reto de estudiantes migrantes que buscan establecerse en México

A Sergio Miranda Pérez, hijo de padre y madre deportados de Estados Unidos, México le cortó sus sueños.

Nació en Michoacán y estudió primaria y secundaria en Chicago y Atlanta, donde obtuvo buenas calificaciones.

No presentaba materias reprobadas.

Sergio es uno de los 450 mil niños y jóvenes en edad escolar que regresaron a México en los últimos años.

Acompañando a sus padres deportados o retornados.

Hace 4 años, la familia Miranda Pérez intentó establecerse en México, pero les fue mal.

No lo aceptaron en ninguna preparatoria de Michoacán.

“Quiero estudiar, pero no me aceptan los papeles, tengo que traducirlos al español, les dije: yo se los traduzco, no quieren. A fuerza tengo que mandarlos para atrás a la escuela, traducir todo, primaria y secundaria”, narró Sergio Miranda Pérez, hijo de migrantes deportados.

Trató de inscribirse en el Estado de México y tampoco lo aceptaron.

“Batallamos mucho, nos mandaron a Toluca, a Morelia, anduvimos también por Zitácuaro, por donde quiera arreglando los papeles y no pudimos. Hasta que hablamos con una maestra de mi otra hija, pero fueron más de 3 años que navegamos para que él pudiera estudiar”, explicó Rocío Pérez, madre de Sergio.

Después la familia volvió a Estados Unidos, pero finalmente, sus padres fueron deportados en julio del año pasado.

Ella desde Chicago y él después de ser detenido en la frontera.

“Traía su grillete en el pie, necesitaba dinero para el abogado. Traté de ir para trabajar y que ella estuviera en casa, cuidando al niño, ahí me detuvieron en la frontera y ya no pude ir para allá”, comentó Sergio Miranda, padre de Sergio.

Obtener un documento, como acta de nacimiento o CURP y revalidar los estudios, para un menor migrante nacido en México o en EU, puede ser una pesadilla.

“Se tiene que obtener en este caso, en donde el documento fue emitido, Estados Unidos. Estamos hablando de familias, que en muchos casos no pueden regresar allá”, explicó Mónica Jacobo, del área de Políticas y prácticas educativas del CIDE.

En el 2015, cambiaron las leyes en México, para revalidar estudios de niños binacionales, pero la burocracia es la misma.

“Yo no tengo un trabajo estable todavía, por eso no lo hemos podido poner en la escuela, ni a él ni a mi hija que es ciudadana americana, tampoco”, explicó el señor Sergio.

En Michoacán, las autoridades entregaron apoyos a migrantes deportados, como la familia Miranda Pérez.

Les dieron 25 mil pesos para iniciar unos corrales de engorda de ganado

Pero los fondos para el 2017 en Michoacán, van a disminuir.

“El asunto aquí es que, en vez de aumentar el recurso, se disminuyó, de 300 millones a 266”, señaló José Luis Gutiérrez, secretario del Migrante de Michoacán.

Los hijos de migrantes regresan a una compleja realidad.

Escuelas como la Secundaria Técnica 29 de Irimbo, Michoacán, donde no funciona el internet, las computadoras están arrumbadas, los maestros son insuficientes o cobran fracciones de su salario.

No existe un programa de integración para los niños que crecieron en otra cultura.

“Se les dificulta al principio manejar los conceptos, lo que es el idioma en general”, reiteró Ramón Vergara, encargado de la dirección de la Secundaria Técnica 29 de Irimbo, Michoacán.

Zacatecas es el estado con mayor intensidad migratoria del país.

En los últimos años regresaron más de 30 mil niños acompañando a sus padres.

“La mayoría de los menores habla más inglés que español, obviamente la mayoría también conoce más la historia de Estados Unidos, sus héroes y el himno. Aquí, preguntan qué significa ‘Más si osare’ en términos de traducción”, dijo Miguel Moctezuma, estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

Los niños y jóvenes que regresan de los Estados Unidos enfrentan, burocracia, discriminación, bullying y exclusión escolar.

“Regresan a un país, que, aunque es el país en el que nacieron, no lo conocen, su cultura, la lengua, todo es ajeno a ellos”, señaló Mónica Jacobo.

La familia Miranda Pérez regresó a Irimbo, Michoacán, con dos hijos nacidos en México y tres en Estados Unidos.

Ahora viven en casa de sus abuelos.

Sergio quiere ser ingeniero automotriz, debería estar terminando la preparatoria.

Su talento tendrá que esperar.

“En Estados Unidos te dan la oportunidad de estudiar, acá te la cierran”, concluyó el menor Sergio Miranda Pérez.

Con información de Guillermo López Portillo

KAH