Enrique González Rostro toca ocho instrumentos a pesar de padecer ceguera desde niño.
A los cuatro años entré a clases donde aprendí más a tocar y cosas así. La guitarra, la marimba, los timbales orquestales, timbales latinos, el xilófono y los bells, como el xilófono pero más pequeños, relató Enrique González Rostro.
Juany Rostro, madre de Enrique, relató que “cuando llegó con una doctora, me dice ‘Juany, la única manera que te puedes embarazar es por medio de invitro’. Como fue prematuro, traía desprendimiento de retina, pero se la congelamos y todo salió muy bien, entonces cuando ya me entregan a Enrique de los cuneros, me dan cita para un mes después, es cuando vamos a la alta ya de oftalmología es cuando el médico me dice tu niño va a ser un ciego declarado y es ahí cuando se viene el mundo encima”.
Enrique González Rostro agregó que le han dicho “si vas a trabajar trabaja en algo que te guste, como la música me gusta por eso me gustaría trabajar en eso. Ser profesor de percusiones. En el teatro universitario dirigiendo un ensamble de percusiones”.
Enrique González, padre de Enrique, comentó que “el primer momento a uno se le cierra la cabeza y dice no hay nada con lo que un ciego pueda hacer o que pueda desempeñar, con que va a jugar, yo no veía un juguete o algo que pudiera el utilizar”.
Juany Rostro agregó que cuando Enrique “estaba en cuarto año de primaria, él me decía ‘mama yo quiero jugar, quiero correr, quiero jugar fútbol, porque mis compañeros no quieren jugar conmigo'”.
De los 2.2 millones de bebés que nacen en México anualmente, 30 por ciento son prematuros y de los que sobreviven 500 terminan con ceguera.
Enrique es uno de los casos, y él busca destacar a pesar de ello.
BLR
