CRIMEN Y SEGURIDAD

‘¡Soy el rey… el juego es mío!, decía el asesino Charles Manson

“¡Soy el rey, hombre! Yo manejo el inframundo, yo decido quién hace qué y donde lo hace. ¡El juego es mío!”, decía Charles Manson.

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Para Linda Deutsch, reportera de la agencia AP, “fue una especie de tormenta perfecta con varios factores para una gran historia. Sucedió al final de los años sesenta, en la era del ‘poder de la flor’ y los hippies, ‘el amor y paz’. ¿Sabes? De repente nos echó en cara que la violencia está ahí afuera”.

“Soy una trampa, un holgazán, un vagabundo, soy un coche, soy una jarra de vino y una navaja de afeitar… si te acercas demasiado a mí”, decía Manson y añadía: “todos mis sentimientos están bien”, cuando se le preguntaba si no tenía sentimientos sobre todo esto.

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Nunca conoció a su padre. Su madre fue una sexoservidora adolescente.  A los ocho años lo metió a un orfanato, pero se fugó y regresó para ser rechazado.

A los 13 años fue internado a un reformatorio tras su primer robo. 20 años de entradas y salidas de prisión.

Y así, entre más atracos y entradas a prisión, pasó los siguientes 20 años. Tras las rejas empezó su interés por la filosofía oriental y el esoterismo.

Después de ser liberado, en 1967, llegó a San Francisco en medio de la revolución hippie. Y así comenzó a ser visto como una especie de gurú, principalmente por las mujeres de su secta.

“Todo es amor. Si vas a usar la palabra ‘amor’, usa la palabra ‘inteligencia’ porque el amor se ha malentendido en tantas formas y modas. Yo soy amor… ¡yo soy amor!”, clamaba Charles Manson.

“El mensaje de Manson era cautivador para los adolescentes porque eran muy jóvenes e impresionables, no tenían un sistema de creencias. Los llevaba en un camión a un rancho donde tenía su comuna ya establecida y el mensaje hacia ellos era que sus padres no los querían, ‘no han hecho nada por ustedes, yo voy a hacer todo por ustedes’ y se puso a sí mismo como una especie de Cristo”, explica Linda Deutsch, reportera de AP.

En este lugar del valle de la muerte fue donde los adoctrinó con sesiones de sexo y drogas, principalmente “LSD”. También con lecturas tergiversadas de pasajes de la Biblia y otros textos sobre su deseo de empezar una revolución, además de que les ponía constantemente la canción “Helter Skelter” de los “Beatles”.

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Una de sus seguidoras dijo que Manson creía que el cuarteto de Liverpool hablaba de lo que él había predicado durante años.

Como músico frustrado, uno de sus objetivos fue componer canciones para desencadenar el caos que pregonaba.

“Y puede ser muy tarde para ver morir a esta ciudad vieja, yendo en el camino, sí voy a tratar para decirle a la ciudad enferma ‘hasta luego’ y morir”.

Verano de 1969. Varios miembros de su clan asesinaron a nueve personas incluida Sharon Tate, la esposa del director de cine Roman Polanski. La actriz estadounidense, que estaba embarazada de ocho meses y medio, recibió 16 puñaladas.

Una noche después escogieron al azar una casa de Los Ángeles. Sus seguidores acuchillaron a una pareja y en las paredes escribieron con su sangre: ‘muerte a los cerdos’, ‘Helter Skelter’ y ‘levántense’”.

Él no participó en ninguno de los homicidios, pero fue condenado a la pena de muerte por ordenarlos.

“Créanme, si yo empezara a matar a las personas, no quedaría ninguno de ustedes vivo”, decía Manson.

Un año después, en 1971, la Suprema Corte de California abolió la pena capital, así es que se la conmutaron a cadena perpetua.

“¿Tienes miedo de morir?”, le preguntaron a Manson y respondió: “A veces siento que tengo miedo de vivir, vivir es lo que me da miedo, morir es fácil”.

Durante sus casi cinco décadas en prisión, Manson nunca mostró arrepentimiento.

“El Charlie Manson que ustedes crearon no soy yo, es solo una ilusión en sus mentes, no tiene nada que ver conmigo”, insistía.

Siempre responsabilizó al gobierno de Estados Unidos.

“Las personas que los gobiernan, las personas que les dicen qué hacer no son buenas personas”, aseguraba.

Y decía que era un simple reflejo de la sociedad.

“La mayoría de la gente que está aquí son solo reflejos, están aquí por errores de la sociedad colectiva”, puntualizaba y añadía: “Si sostienes un negativo a la luz, no ves la luz, ves el negativo, así es que soy un reflejo de sus negativos, no hay duda de eso”.

Para algunos sectores se volvió un personaje de culto. Su rostro se volvió un ícono. Para la mayoría representó el estado más puro de maldad. Pero otros le rindieron homenaje, incluidas algunas estrellas de rock y se han hecho varias películas y documentales sobre su vida.

En internet circulan videos en los que hablan de su sabiduría y defienden su inocencia.

A finales de 2014 intentó casarse con una mujer de 26 años, pero no se lo autorizaron. El domingo pasado, Charles Manson murió por causas naturales en un hospital de Bakersfield, California, a los 83 años de edad.

“La gente te mira hoy, 20 años después y todavía no tienen idea de qué se trató. Dime, en un sentido, ¿quién eres? Nadie”, fueron sus palabras.

Con información de Adrián Soulé

AAE