La Reserva Federal de Estados Unidos elevará las tasas de interés en diciembre y en dos ocasiones más el próximo año, de acuerdo con un sondeo entre economistas, que ahora están preocupados por la posibilidad de que el banco central modere su ajuste debido a unas expectativas de inflación baja.
La mayoría de los encuestados anticiparon que la economía del país determinaría las futuras alzas, pero un cambio de régimen en la Fed también podría afectar a la política monetaria.
El presidente estadounidense, Donald Trump, podría decidir esta semana si renueva el mandato de Janet Yellen al frente del banco central cuando venza su período actual en febrero. Trump concluyó una serie de entrevistas con cinco candidatos para ese puesto.
“Existe un grado de incertidumbre mayor de lo habitual alrededor de la política monetaria del próximo año, ya que la conducción de la Fed está en el aire”, dijo Josh Nye, economista de RBC, en un informe.
Una encuesta entre economistas publicada la semana pasada mostró que Jerome Powell, uno de los gobernadores de la Fed, sería designado presidente, aunque la mayoría dijo que la mejor opción sería volver a designar a Yellen.
Igualmente, una gran mayoría de los más de 100 economistas en el último sondeo esperan que las alzas de tasas dependerán en gran medida del desempeño de la economía de Estados Unidos.
“Pese a la intensa especulación sobre la próxima presidencia de la Fed, el sendero de la tasa oficial probablemente siga determinado de todos modos principalmente por los datos, más allá de quién sea nominado”, dijo Christian Keller, jefe de análisis económico de Barclays.
Cuarenta de los 50 economistas que respondieron una pregunta adicional también dijeron que la economía estadounidense, que está en un sendero de crecimiento constante, no necesitaba un gran estímulo fiscal en la forma de amplios recortes de impuestos.
El dólar subía el viernes después de que el Senado aprobó un proyecto de presupuesto para el año fiscal 2018 que allanó un obstáculo crucial para un paquete de recortes de impuestos.
Pero la necesidad de un estímulo tan grande para alentar la economía estadounidense en esta etapa tardía de su ciclo, cuando la tasa de desocupación está en el mínimo de más de 16 años, sigue siendo cuestionable.
(Con información de Reuters)
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