Pedro Martínez, migrante oaxaqueño, era sargento segundo de transporte pesado en el Ejército mexicano; hoy, está en la primera línea de apoyo a sus paisanos afectados por el sismo del 7 de septiembre.
Estoy mandando dos colchoncitos inflables que se inflan y dos sobrecamas que para algo les han de servir. Es todo lo que les puedo mandar ahorita, pero tal vez más adelante les mande más”, comentó Pedro.
Pedro aseguró que a los damnificados de Oaxaca “les va a llegar más ayuda con ayuda de los paisanos que estamos aquí, poco o mucho, de corazón se los mandamos”.
Como Pedro, muchos oaxaqueños que se reunieron en el centro de acopio instalado en el popular mercado de la ocho, en el corazón de Passac, New Jersey, son indocumentados.
Agustín Aguirre, otro de los migrantes, dijo que “es un deber darnos a la tarea de apoyar a nuestros oaxaqueños”.
Por los informativos, la comunidad migrante sabe de las necesidades de sus paisanos. Además de víveres, se concentró en enviar casas de campaña, medicamentos, muletas, sillas de ruedas y cobertores.
Dani Oliva, migrante de origen poblano, se encargó de documentar cada donación. El primer embarque, de 10 toneladas de ayuda, salió este martes vía aérea desde Nueva York a la Ciudad de México, donde se enviará en otra aeronave con destino a la capital oaxaqueña y el miércoles tomará rumbo a Juchitán, para ser repartido.
Aline Valdés, migrante oaxaqueña, quien se ofreció a coordinar los esfuerzos de los voluntarios, temía que sus familiares y amigos hubieran muerto en el temblor.
Creo que cuando uno está lejos del país es cuando más valoras y hace reflexionar qué tan bello es el país y qué importante es ayudarnos los unos a los otros”, comentó.
El primer emisario de la comunidad será un joven de 17 años de edad, quien acompañará el envío hasta que sea entregado.
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Con información de Joaquín Fuentes.
RMT
