Los manifestantes regresaron por cuarto día consecutivo este lunes a las calles de St. Louis, en Missouri, Estados Unidos, en medio de protestas por el último caso de un hombre afroamericano muerto a manos de un policía.
Al menos 80 personas, según la policía, han sido arrestadas desde que se conoció el veredicto, y varias fuerzas de seguridad locales resultaron heridas en enfrentamientos con manifestantes.
“Los días han sido tranquilos pero las noches, devastadoras”, advirtió el lunes por la mañana la alcaldesa Lyda Krewson en una conferencia de prensa.
“Una vez más, un grupo de criminales intentó romper vidrieras y destruir propiedades. Esta noche, esos criminales están en prisión”, declaró por su parte el funcionario de la policía Lawrence O’Toole. “Algunos atacaron a los agentes lanzándoles piedras y productos químicos”, añadió.
“Según testimonios y videos recibidos, la policía de St. Louis continúa llevando a cabo operaciones inaceptables, ilegales e inconstitucionales”, dijo la Asociación Americana de Libertades Civiles (ACLU).
Cientos de personas han marchado en los últimos días por las calles centrales de esta ciudad del estado de Misuri y frente a la alcaldía, algunos portando carteles de “Black Lives Matter” (Las vidas de los negros importan) para denunciar la violencia policial contra los negros en Estados Unidos.
Casos similares se han repetido en otras ciudades del país, reflejando la dificultad del sistema de justicia estadounidense para inculpar a agentes de seguridad involucrados en muertes controvertidas.
A pesar de multitudinarias manifestaciones, el policía involucrado no fue acusado ni por la fiscalía local ni por la federal, aunque el incidente llevó al Departamento de Justicia, durante el gobierno de Barack Obama, a investigar el departamento de policía de St. Louis y hallar un patrón de violaciones de derechos humanos.
FJMM