En Valle de Bravo, Estado de México, el viernes pasado ambientalistas y ciudadanos se manifestaron contra el proyecto inmobiliario ‘Bosques de Pamejé’.
Aseguraron que ese proyecto contempla la construcción de viviendas, villas y un hotel boutique, en una superficie que forma parte de la reserva ecológica del Pueblo Mágico.
El Bosque de Pamejé es uno de los principales bosques que rodean la presa de Valle de Bravo, en el Estado de México.
Son aproximadamente 80 hectáreas con un ecosistema variado de flora y fauna.
Se trata de una reserva ecológica protegida que está en riesgo porque en este lugar se piensa construir un fraccionamiento.
Este proyecto denominado Bosques de Pamejé es un proyecto inmobiliario en una zona boscosa que está muy bien conservada y protegida, se pretenden edificar 249 viviendas, hoteles, un club deportivo, casa club, vialidades, infraestructura hidráulica, eléctrica, que pretende deforestar 73 hectáreas del bosque muy bien conservado”, señaló Alejandro Cusi, director general Procuenca Valle de Bravo.
Vecinos y organizaciones civiles de Valle de Bravo y de la zona de la Avándaro, Estado de México, rechazan esta construcción al considerar que se va a destruir el ecosistema de ese lugar.
Principalmente porque afectaría la recaudación del agua que, desde este lugar, sirve para alimentar a millones de personas en el Estado de México y en la Ciudad de México.
Se estima que uno de cada 10 litros que provienen de esta presa abastece al Valle de México.
Si le quitamos bosque, si le quitamos agua, entonces estamos cometiendo un ecocidio para millones de personas que necesitan y que dependen del agua que se produce en esta zona es estratégico que esta zona se conserve para que siga proveyendo esos servicios ambientales, además de que está enclavada en un área natural protegida”, explicó Alejandro Cusi.
El Bosque de Pamejé se localiza entre la zona de Valle de Bravo y Avándaro.
Para especialistas en materia de leyes ambientales el proyecto de construir vivienda tendría daños irreparables.
El Proyecto afectaría de una manera grave e irreversible, debido a que se trata de un proyecto que no está sustentado en métodos científicos que hayan detonado la capacidad de carga del ecosistema, es decir, la capacidad que tiene el bosque de soportar que más de 250 casa, hoteles, villas pueda producir, que venga gente, un aproximado de tres mil personas que no sabemos si el ecosistema puede aguantar eso”, aseguró Juan Carlos Lara Delgadillo, abogado del Centro Mexicano de Derecho Ambiental.
Según los vecinos durante la administración del expresidente municipal, Francisco Reynoso, se realizaron cambios al Plan Parcial de Desarrollo Urbano, lo que permitió que en este bosque una constructora lograra conseguir cambiar el uso de suelo para vivienda.
El proyecto aún está a la espera de que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorice un estudio de impacto ambiental que permitiría el avance de las obras en este lugar.
Con información de Mario Torres
MAP
