Con más huéspedes que catres, algunas personas dormían en sillas o en el piso. La gente colgaba toallas y ropa mojada en la base de los soportes del techo. Policías montaban guardia en varias entradas. Afuera, decenas de personas aún despiertas estaban paradas con sus mascotas e intercambiaban cigarrillos.
En un momento dado, policías asistieron a dos hombres que yacían inconscientes delante de una salida. Los hombres se habían drogado y se recuperaron en una hora.
La frustración aumentaba en algunas partes, más de tres días después que “Harvey” azotó la costa de Texas como huracán de categoría 4 antes de transformarse en una tormenta tropical que sigue desplazándose por el Golfo de México y que se presume volverá a tierra en los próximos días. Una mujer dijo que ella solamente había recibido una ración de comida el lunes mientras veía a otros recibir varias.
“Es un infierno”, dijo Perkins. Sacudió la cabeza y se alejó caminando mientras el alcalde de Houston Sylvester Turner, en una visita al centro, se acercaba al sitio donde él estaba parado.
“Todas mis cosas están dañadas. No tengo ropa, ni zapatos, nada”, dijo.
“Harvey” arrojará más lluvias este martes en una ciudad vapuleada por inundaciones en calles y barrios. La demanda de albergue en el centro va a aumentar, incluso aunque se abrió un nuevo refugio el lunes por la noche y las autoridades municipales ponderaban abrir otros más.
FJMM