CRIMEN Y SEGURIDAD

Familiares se reúnen con sobrevivientes del tráiler abandonado en San Antonio, Texas

La cónsul de México en San Antonio, Texas, informó que aún permanecen hospitalizados trece mexicanos de los 39 migrantes que fueron localizados hacinados en la caja de un tráiler en San Antonio, el pasado fin de semana.

Familiares de estos migrantes llegaron desde Aguascalientes para acompañarlos.

María Ramírez, madre de Johnny Serna de 18 años de edad y originario de Calvillo, Aguascalientes, explicó que su hijo, quien fue dado de alta este jueves, solo desea regresar a México, pero fue detenido por las autoridades migratorias.

“Él está muy asustado, él ahorita dice que cuándo nos vamos, ya quiere irse mejor, yo lo entiendo, está asustado”, dijo la mamá de Johny.

La noche de este jueves, cuatro familiares de migrantes originarios del municipio de El Llano, Aguascalientes, ingresaron a Estados Unidos gracias a una visa humanitaria.

Desde zacatecas, Isidro Martínez y María Esparza nunca imaginaron que en el interior de la caja de ese tráiler viajaban sus dos hijos que habían salido del municipio de Loreto el 10 de julio pasado.

“Yo pensé: pobrecita gente, ojalá y nunca pase en nuestra familia y fue lo que pasó ahora con nosotros, que nunca lo esperábamos y así pasó”, María Esparza, madre de migrantes mexicanos.

“Yo no pensé en ellos, no pensé que ellos fueran ahí porque nunca nos dijeron que los iban a llevar en un tráiler”, aseguró Isidro Martínez, padre de migrantes mexicanos.

Desesperados, los padres de los jóvenes trataron de contactar a los ‘coyotes’ para saber cómo se encontraban Ricardo y Manuel. Esta familia pagó 40 mil pesos a los polleros.

“Con los números que nos dieron, estuvimos marcando y no nos contestaban, luego nos decían que estaban en una casa, después ya empezamos a sospechar que sí iban en el tráiler”, dijo Felipe Martínez, hermano de migrantes mexicanos.

Manuel de 31 años de edad permanece hospitalizado, pero su hermano Ricardo de 24 años de edad, está entre los migrantes que murieron. Ambos eran jornaleros agrícolas y trabajaban hasta diez horas ganando 120 pesos por día.

“Ellos acabaron su vida trabajando, Ricardo se iba todas las mañanas en su moto a trabajar, es muy triste la historia de mi hijo, quien sabe cómo sufriría para morir, con hambre, con sed, con frío, desesperado porque no estábamos con él y yo tan pobre”, se lamentó María, la madre de dos de estos migrantes.

Con información de Edgar Tamayo

LHE