Hecho de manera artesanal, el rebozo de seda de Santa María del Río, en San Luis Potosí, es una prenda de vestir reconocida a nivel internacional.
Fueron frailes franciscanos quienes hace más de 450 años enseñaron a los nativos el cultivo del gusano de seda en esta zona de la Nueva España, de ahí surgió la materia prima del rebozo.
Araceli Navarro, vocera de Cultura de Santa María del Río, explica: “El que se considera una joya en materia de rebozos es el de Santa María del Rio. Están en exposiciones y a la venta en todo el mundo”.
La confección a mano de un rebozo de Santa María puede tardar una semana, desde el teñido de la seda, el deshilado, el tejido y armado.
Los más elaborados tardan seis meses en realizarse y se venden hasta en 7 mil pesos.
Iván Vargas, director de Turismo de Santa María del Rio, dice: “Un rebozo como estos lleva aproximadamente hacerlo más de medio año”.
La escuela del rebozo de Santa María del Río ha permitido preservar esta tradición. Desafortunadamente hay comerciantes locales que venden rebozos clonados traídos de China o de otros estados del país.
Arturo Estrada, instructor de la Escuela del Rebozo de Santa María, señala: “La invasión del producto michoacano, maquilado industrializado que se está vendiendo en santa María del Rio como hecho a mano”.
Por su calidad de manufactura y materiales, se exhibe y vende en países como Suiza, Inglaterra, España y Estados Unidos.
Arturo Estrada, instructor de la Escuela del Rebozo de Santa María, afirma: “Es una prenda de lujo, es una prenda de gala, es una labor, un sustento, una representación cultural de un procedimiento ancestro”.
El rebozo de seda de Santa María del Río fue declarado por el Congreso Estatal como Patrimonio intangible de San Luis Potosí.
MLV
