En Perú, las calles del centro histórico de la capital Lima, volvieron a convertirse en epicentro del rechazo a un probable indulto al expresidente Alberto Fujimori.
Bastó que el presidente Pedro Pablo Kuczynski revelara que este es el mejor momento para indultar al expresidente, sentenciado a 25 años de prisión y admitiera que se le podría conceder un “perdón médico” por su precaria salud para que la protesta se instalara nuevamente en el país.
Alberto Fujimori, expresidente de Perú. (Getty Images Archivo)
“El indulto es un pisoteo de la dignidad, de la memoria, de la historia de todos los peruanos que hemos sufrido una época de dictadura, de delitos contra la humanidad”, señaló el dirigente de los trabajadores, Roberto Sánchez.
Los manifestantes portaron banderas gigantes, carteles con las fotografías de los desaparecidos y efectuaron representaciones alegóricas a la masiva esterilización de mujeres pobres durante el gobierno fujimorista.
Los manifestantes portaron banderas gigantes. (EFE Archivo)
“Somos las hijas de campesinas que no pudiste esterilizar, somos las hijas de campesinas que no pudiste esterilizar”, decían.
(Getty Images Archivo)
“Fujimori no puede ser indultado porque está preso por lesa humanidad”, aseguró Norma Méndez, madre de una periodista asesinada.
A contracorriente, la familia del expresidente Fujimori ha iniciado hace años una cruzada para lograr su indulto humanitario. El exgobernante ha sido intervenido seis veces de una afección cancerígena en la lengua y presenta cotidianamente problemas de salud que obligan a su traslado desde la prisión a centros asistenciales.
“Como fujimorista, como cualquier fujimorista a nivel nacional que queremos pues que el líder histórico del partido pues esté en goce de libertad, buena salud eso es lo que todos anhelamos”, destacó Nelly Cuadros, una congresista fujimorista”.
Nelly Cuadros, congresista fujimorista. (Twitter Nelly Cuadros)
Las últimas encuestas de opinión revelan que casi un 60 por ciento de peruanos estaría de acuerdo con el indulto al expresidente Fujimori, pero la resistencia es también significativa en la comunidad nacional e internacional.
“Desde la posición de defensor me parece que el gobierno peruano no debería dar paso al indulto”, expuso Harold Urbano, representante de la sociedad civil del Ecuador.
Señales claras que las violaciones de derechos humanos, repudiadas y perseguidas en el país y en el mundo, son heridas sociales difíciles de cerrar.
Con información de Ricardo Burgos.
LLH
