CRIMEN Y SEGURIDAD

Venezolanos padecen hambre, censura, ausentismo escolar y riesgo de muerte por dictadura

Antes del 30 de marzo Katicha no había convertido su mesa en un almacén, tampoco convocaba a sus amigas de una de las zonas más exclusivas de Caracas, Venezuela, no colectaba ropa usada, no compraba tenis ni cascos.

Después del 30 de marzo, Katicha cambió de prioridades. El anuncio de que el presidente Nicolás Maduro disolvía los poderes del Congreso, donde la oposición es mayoría, hizo que marche a diario.

Recauda fondos con sus paisanos en el extranjero para conseguir artículos de protección que ya no se venden legalmente porque el gobierno los prohibió. Lo que Katicha hace la podría poner en la mira.

En una primera versión de este reportaje, y a petición expresa de ella, se mostró su rostro, pero al ver el impacto del material solicitó proteger su identidad.

Estamos con miedo, pero también nos da miedo que esta gente se quede… O sea nos da más miedo eso”, dijo Katicha.

Ella y su grupo ayudan a la resistencia. Así se hacen llamar los jóvenes que van en la primera línea de las manifestaciones y que enfrentan a la Policía Nacional y a la Guardia Nacional Bolivariana.

Vivir en dictadura en Venezuela. (EFE)

Estando todos los días marchando te das cuenta qué les hace falta a los verdaderos héroes, a quienes están enfrentándose a la guardia directamente”, destacó Katicha.

Como ella, pero a escondidas del gobierno, cientos de familias aportan a la resistencia. Unas compran rollos de alfombra, y con ellos hacen chalecos antibalas caseros, otras van por garrafas de gasolina para las bombas molotov, otras adquieren madera para fabricar escudos, otras envuelven en cinta las monedas de bolívares que, ante la inflación más alta del mundo, sólo valen como proyectiles para las resorteras.

Salimos porque va a llegar un momento en el que no vamos a poder comer tampoco. Yo, por ejemplo, tengo artritis, yo no consigo medicina, tengo que comprarla afuera y esa no es la idea”, enfatizó Katicha.

A Katicha de nada le sirve pertenecer a una familia dueña de una de las cadenas de farmacias más importantes en Venezuela. Enfrenta lo mismo que millones de personas, por eso, horas antes de cada marcha, junto con su grupo, planea la estrategia del día, deja mensajes motivacionales en los tenis y pinta los cascos con las imágenes de la Divina Pastora y la Virgen del Valle, patronas de Venezuela. Todo es para la resistencia.

Vivir en dictadura en Venezuela. (EFE)

“Horrible, horrible, es horrible saber que tu hija te lo dice, me voy a ir de este país, no tengo futuro, y bueno aquí mis compañeras, nosotros nos llamamos guerreras, marchantas”, comentó la pintora Yurmi Duzoglou.

Si el futuro es incierto, para los jóvenes venezolanos lo es más. Los pasillos de la Universidad Católica Andrés Bello deberían estar llenos, hace un par de meses lo estaban.

La Universidad Católica Andrés Bello es un centro de estudios privado, perteneciente a los jesuitas y de los más reconocidos en el país, equivalente a la Ibero venezolana.

Ahí imparte clases de filosofía política Mario Guillermo Massone. En su historial presume la formación de jóvenes como los actuales diputados opositores, Juan Requessens y Carlos Paparoni, además de líderes estudiantiles como Daniel Ascanio, quienes encabezan la lucha contra el oficialismo.

Vivir en dictadura en Venezuela. (Noticieros Televisa)

Pero Massone se está quedando sin materia prima. Al inicio del semestre en su clase tenía 35 alumnos de la carrera de Sociología.

Ahora sólo le quedan tres. Los demás no pudieron seguir pagando el costo equivalente a mil 500 pesos por todo el semestre.

Un muchacho sin ningún tipo de apremio me dijo: profesor, disculpe, yo compro las guías que usted nos da o como, una de dos, y eso es algo que nos muestra la realidad del país”, subrayó el profesor universitario Massone.

“Somos como los sobrevivientes y no sabemos hasta cuándo”, dijo la alumna Ana Paula Pérez.

Para mantenerse cerca de los jóvenes, Massone ideó “la academia frente a la represión”. La iniciativa consiste en llevar las clases a los piquetes, como se les conoce a las barricadas donde las fuerzas armadas impiden el paso de los manifestantes.

Vivir en dictadura en Venezuela. (Noticieros Televisa)

Este día, Massone lo hizo a las afueras de la Universidad Central de Venezuela, equivalente a la UNAM.

“Si no tienen nada, se sienta ahí de su arco para allá, no tenga problema puede dar las clases que usted quiera”, dijo un policía a Massone.

El profesor dio la cátedra y justo al terminar, la promesa de no represión se rompió,

“Estábamos viendo clase afuera, nos reprimieron, y están disparando a quemarropa”, narró Rafaela Requesens.

Los alumnos respondieron. Acciones como esa por parte de la autoridad son cotidianas en las calles de Venezuela sin importar que detrás de la resistencia marchen mujeres, niños y personas de la tercera edad.

Los integrantes de la resistencia se han convertido en el objetivo primordial del gobierno. Entre ellos hay hijos de chavistas desertores. Ahora se encapucharon para resguardar su identidad porque los servicios de inteligencia comenzaron a ir por ellos a sus casas en las zonas populares.

Vivir en dictadura en Venezuela. (Noticieros Televisa)

La ecuación de mayor brutalidad, mayor número de heridos y de personas muertas en las manifestaciones hizo resurgir a la Cruz Verde de la Universidad Central de Venezuela.

El grupo de auxilio médico se formó en 2014 con las primeras protestas contra el presidente Nicolás Maduro, pero no se necesitó tanto de sus integrantes como ahora.

Doctores con distintas especialidades tuvieron que dejar sus consultorios y la comodidad de una agenda de pacientes en los mejores hospitales y se fusionaron con alumnos de medicina para ir a la calle como voluntarios.

En pequeños grupos acompañan las manifestaciones. Resuelven desde el ardor y la asfixia que provoca el gas lacrimógeno hasta el impacto de una lata de gas en un ojo, como el que sufrió un integrante de la resistencia y se les reconoce.

Vivir en dictadura en Venezuela. (Noticieros Televisa)

“Todo el mundo quiere ayudar en esta situación que está viviendo el país y no todo el mundo tiene la misma capacidad de salir a tirar piedras, de salir a caminar, entonces estoy saliendo de la manera en que más lo sé hacer, que es aplicando mi carrera, aplicando mis conocimientos médicos y sanando un poquito el dolor del venezolano de la manera en que sé hacerlo”, señaló Leandro Drappa, estudiante de medicina y líder de grupo.

Además de la escasez de medicamentos y el creciente número de intervenciones por la violencia gubernamental, los especialistas de la salud tienen que lidiar con un tercer factor: el hambre.

Este refrigerador tiene seis meses prácticamente vacío a pesar de pertenecer a una familia de clase media. Las botellas con agua a su costado están ahí porque el gobierno corta el servicio de domingo a miércoles y hay que prevenirse. Por primera vez en ese periodo almacena carne que se consiguió vía WhatsApp.

En Venezuela esta aplicación de mensajería se ha vuelto un supermercado.

A través de grupos de chat se oferta toda clase de alimentos y productos. El vendedor pone el precio y nadie juzga.

Este hombre tiene un contacto dentro de una de las empresas que importan la carne para la cadena de mercados del gobierno, conocida como mercal. A él le venden lo que supuestamente debería estar disponible para que lo adquieran los venezolanos más necesitados.

Vivir en dictadura en Venezuela. (EFE)

“Me volteo con mis amigos, con la gente que conozco en mi entorno y se los hago saber, la respuesta tiene que ser muy rápida porque vuela. Si yo no llamo en los dos, tres, máximo cinco minutos siguientes ya la persona vendió la carne”, comentó el revendedor anónimo.

El trato se cierra con una transferencia bancaria si el comprador tiene dinero, sino, con un trueque: carne a cambio de papel de baño, pasta de dientes, pañales para bebé, toallas femeninas o pastillas anticonceptivas.

Eso conviene más que ir a los supermercados donde ya no hay desabasto por la importación, pero todo está a precios inalcanzables. El pollo, la leche, el arroz, las verduras, la harina pan para las tradicionales arepas, el aceite, la mantequilla, cuestan 10 veces más que hace un año.

Ricardo es arquitecto, la crisis ya lo llevó a cerrar su despacho y a despedir a los tres colegas que trabajaban con él. Su forma de sobrevivir en el negocio es aceptar la supervisión de obra.

Todos los días plática sobre la situación nacional con Oswaldo, José y Adalberto, quienes son albañiles. Lo hacen a la hora de la comida, en lugar de comer.

Antes, cuando era la hora de almorzar, tú almorzabas tranquilo, porque tú traías tu comida, o tenías dinero y decías bueno, voy a un restaurante a comerme algo y vuelvo a subir, ahorita, a veces tú no traes y lo que haces es descansar hasta la 1 que vuelves a empezar a trabajar”, describió Oswaldo.

Entre los cuatro, de octubre a la fecha han perdido 72 kilos.

La evidencia, no se los cuento, aquí está la correa del cinturón como ha ido bajando, ya está en la parte más apretada”, describió Ricardo.

“Aquí lo que estamos viviendo es un proceso en el que el pobre o el que era pobre y comía dos veces al día, ahora tiene que buscar comida en la basura, el que era clase media ahora está en la pobreza y el que era rico ahora perdió todo”, afirmó Freddy Guevara, vicepresidente de la Asamblea Nacional.

Un claro ejemplo son los equipos de la Primera División del futbol venezolano. La crisis los ha alcanzado igual que a los jugadores. Cada vez es más difícil planear sus comidas, conseguir las bebidas deportivas y los suplementos proteínicos.

María Fernanda Núñez es la nutrióloga del Deportivo Petare futbol club.

A todos les pega de cierta manera, a todos les hace falta recursos comparado como debería de ser en el resto del mundo por decirlo así”, explicó María Fernanda Núñez.

Y en actividades de alto esfuerzo, el hambre pasa factura.

Veo negro, me mareo, veo negro y tengo que aguantar, la debilidad, la debilidad del hambre”, agregó José.

Las políticas actuales del gobierno de Nicolás Maduro han tomado un rumbo al que incluso muchos partidarios del expresidente Hugo Chávez han decidido que no quieren ir y lo expresan públicamente.

Vivir en dictadura. en Venezuela. (Noticieros Televisa)

Uno de ellos es Nicmer Evans. Él fue uno de los principales asesores del expresidente Hugo Chávez.

Sin duda Maduro es la fiel representación de esa traición a los principios en los cuales confió el pueblo”, enfatizó Evans.

El gobierno venezolano asegura que los más de tres millones de personas en crisis alimentaria y de salud son culpa de una guerra económica del sector privado. Considera que detrás de las marchas está Estados Unidos con la intención de dar un golpe de Estado y que muchos de los asistentes a ellas son terroristas. Mientras, encuestas como la de Datanálisis, una de las más prestigiosas del país, revelan que 80% de la población quiere la salida de Nicolás Maduro.

Si son 100 días, son 100 días, si son 200 son 200, si es un año, es un año, pero todo lo necesario para que las próximas generaciones no tengan que vivir todo lo que estamos viviendo”, señaló Rafaela Requesens.

“No tenemos plan b, nuestro plan es quedarnos aquí y seguir luchando, yo siempre les he dicho a mis amigos: yo seré la última que apague la luz”, concluyó Katicha.

Vivir en dictadura en Venezuela. (EFE)

 

 

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Con información de Claudio Ochoa

KAH