“Aún no sale de terapia intensiva, sigue mejorando pero muy lentamente”, precisó en entrevista el vocero del arzobispado, Hugo Valdemar.
De acuerdo con el parte médico, el 12 de mayo se intentó pasar al sacerdote a cuidados intermedios, pero su capacidad respiratoria aún deficiente obligó a posponer su traslado.
El problema actual es que, pese a que el pulmón funciona satisfactoriamente para oxigenar la sangre, la parálisis de los músculos respiratorios impide a ese órgano que se mueva sin ayuda mecánica externa, indicó Valdemar.
Machorro Alcalá, de 55 años de edad, fue apuñalado el 15 de mayo casi a las siete de la noche, tras culminar la última misa del día en la Catedral Metropolitana de México.
Según testimonios, el agresor intentó, sin éxito, degollar al sacerdote hiriéndolo en el lado derecho del cuello.