“Mi nombre es Juan de la Cruz Galicia Cañas, y soy cirujano dentista originario del Barrio de la Asunción”, dijo.
Tiene 68 años de edad y es uno de los decanos de la Pasión en Iztapalapa, ya que ha participado en la representación por 46 años.
“Apóstol Jaime, Simón Cirineo, 11 años de diablo, 11 años de Pilatos, Caifás, Anás, capitán, sargento tercero, en fin”, describió Juan de la Cruz.
Este año interpretará a Anás, uno de los personajes poco queridos de la Pasión.
“El que se encarga de comprar a Jesús es Anás, es el que le entrega el dinero a Judas. Si no hubiera un malo no habría historia, si no hubiera Judas no habría un Anás”, afirmó.
Asegura que es importante participar para agradecer al Señor de la Cuevita el haber salvado al pueblo de Iztapalapa de una epidemia de cólera, en 1833.
“Sí, mis tatarabuelos tuvieron la fortuna de sobrevivir a esa epidemia de cólera, pues nosotros somos parte de ese milagro. Entonces, como tal, estamos agradecidos de que estamos aquí”, señaló.
“Cuando uno es joven, es inquieto; a raíz de que uno entra a participar en esta representación, su vida va cambiando, se va uno haciendo más consciente de las cosas, más responsable, más espiritual”, enfatizó Don Juan.
Aclara que formar parte de la Pasión en Iztapalapa no le da ningún estatus ante la comunidad, y se manifiesta en contra de uno de los requisitos que ha puesto el comité organizador desde hace varios años, en el sentido de que los personajes tienen que pagar sus gastos.
“Desgraciadamente hoy ya meten vestuaristas, meten maquillistas, muchas cosas se supone que -para mí en lo personal- Jesús no necesitaba de todo eso, y eran humildes tanto en vestimenta como en ser humano como personas. Siento, y ya se los he comentado, que ya están haciendo la Semana Santa muy elitista. Mucha gente quiere participar, pero la situación económica no es muy adecuada y optan por retirarse”, reiteró Galicia Cañas.
Para representar el personaje de Anás, invertirá unos dos mil pesos.
“Mi vestuario, la túnica es nueva, y yo le complemento con lo que he tenido de otros personajes: Caifás, Anás, ahí le voy combinando. Ya no puedo gastar en barbas porque precisamente por eso me las dejo”, comentó.
Él es Anás, el encargado de comprar a Jesús para llevarlo al calvario, y es, en la vida real, Don José de la Cruz, quien, por el contrario, vive de quitarle el dolor a sus pacientes.
“Es un don de dioses quitar el dolor, y pues aquí llegan personas con mucho dolor y se los quitamos, no porque me sienta Dios, sino porque es parte de mi trabajo. Y el dolor de los dioses es aliviar el alma, aliviar el espíritu, eso es”, concluyó.
Con información de Santos Briz
KAH
