CLIMA Y FENóMENOS NATURALES

Auroras boreales, las luces del norte que brillan cuando silbas

Durante nuestros días en la última frontera hemos esperado pacientes todas sus noches uno de los fenómenos más extraordinarios, que solo es posible en los polos del planeta. Así noche tras noche, imaginando ese instante en el que se iluminan los cielos con las luces del norte. Y en uno de los pórticos de una casa a las afueras de Kaktovik, Fredy le silba a las luces del norte.

-¿Qué pasa cuando silbas?

“Las luces del norte brillan, hacemos eso cuando estamos en las montañas, donde es muy oscuro y las luces en el cielo alumbran y podemos ver todo, como los animales. Es una buena noche cuando están las luces del norte, que son mejores cuando está claro”.

-¿Es sorprendente?

“Sí, es sorprendente, es sorprendente cuando estás en la oscuridad, con un poco de luces del norte, tú silbas y parece luz de día”.

Poblador de Kaktovik silba para las luces del norte (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

¡Ahí están! Sobre el filo de la negra noche. Han comenzado a formarse. Poco a poco parecieran prenderse en una incandescencia impredecible que pareciera que incendian el cielo e iluminan el hielo. Son las luces del norte. Mito y magia que seduce las miradas.

Las auroras polares son un fenómeno que se registra por la radiación solar. Son partículas liberadas durante las explosiones solares que, al momento en que llegan al campo magnético de la Tierra, chocan y son desviadas hacia los polos. Por eso se pueden ver en el Polo Sur, donde se conocen como auroras australes y en el Polo Norte donde se conocen como auroras boreales o luces del norte. Y las podemos ver gracias a una cámara especial que tiene una alta sensibilidad a la luz, y es realmente impresionante.

Aurora boreal ilumina el cielo de kaktovik, en Alaska (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

Parece increíble que sean los efectos lumínicos del viento solar. Sobre todo, si tomamos en cuenta que el Sol está situado a 150 millones de kilómetros de la Tierra.

Las luces del norte que alcanzamos a distinguir tienen formas y colores diversos, impredecibles. Comienzan como un arco aislado muy alargado que se va extendiendo en el horizonte, dirección este-oeste. Cada minuto que pasa incrementan su brillo. De pronto, la totalidad del cielo se llena de bandas y espirales de luz que parecieran que tiemblan, como si se movieran, como si danzaran.

Pensábamos que las auroras durarían solo algunos minutos pero han pasado horas, como si se tratara de un instante inmenso, hasta que se desvanecen y se van.

El equipo de Por el Planeta admira una aurora boreal en el cielo de Kaktovik (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

Ojalá que este sea un augurio, como decía Mario Benedetti:

“A los que buscan aunque no encuentren…
a los que avanzan aunque se pierdan…
a los que viven… aunque se mueran”

Con información de Alberto Tinoco Guadarrama

MLV