A Jorge Castañeda le parece “lamentable” que el gobierno de Cuba le niegue la entrada a un ex presidente de México, porque “la investidura permanece”, consideró el ex canciller.
De acuerdo con el colaborador de FOROtv, “un ex presidente no es una persona cualquiera, es alguien que tiene relación con el Estado y tiene pasaporte diplomático”. Insistió en que “es un acto poco amistoso y hostil al Estado mexicano” y el presidente Enrique Peña Nieto “respondió tibiamente, porque es un hecho más que lamentable”.
Por otro lado, afirmó que le da gusto que el ex presidente Felipe Calderón “se sume a la lucha por los derechos humanos en Cuba, porque hay que recordar que él fue a Cuba y no quiso ver a Oswaldo Payá ni lo recibió cuando vivió en México, como lo hizo Vicente Fox y como lo hizo Ernesto Zedillo”.
Según el analista, Calderón ha sido “hipócrita” y lamentó que “no hizo esto cuando fue presidente”. Calificó la postura del ex presidente como “incongruente”, pero, dijo, es bueno que hoy se dé cuenta de “cómo es en realidad la dictadura”.
Castañeda subrayó que “la dictadura cubana no permite actos de solidaridad ni de apoyo a sus opositores, porque los considera desleales al gobierno. Ya es hora de que se reconozca que es la misma dictadura con la misma dinastía con el mismo apellido y las mismas formas de actuar y ni la visita de Obama ha cambiado las cosas”.
Destacó que las autoridades cubanas calcularon bastante bien qué ocurriría al negarle la entrada a Calderón, “porque la reacción del gobierno fue muy tibia. No llamaron al embajador de Cuba en México para enviar una nota diplomática ni llamaron a cuentas al de México, la reacción fue sólo de la Cancillería”. Afirmó que el gobierno de Cuba sabía que no pasaría nada, “porque el gobierno de Peña apoya la dictadura cubana, como quedó demostrado con la condonación de la deuda de Cuba con México y cuando Peña fue a La Habana y tampoco quiso ver a ningún disidente”.
De acuerdo con Jorge Castañeda, “también es posible que Calderón no hiciera bien la cosas para jalar la atención y provocar reacciones semejantes, como cuando se negó a recibir a Leopoldo López, es posible que haya hecho esto como una provocación, pero me parece más bien que quiere sumarse a estas luchas importantes, que son el último momento de la lucha por la democracia y los derechos humanos en México, después de la hecatombe que dejó y de cómo se comportó con la dictadura cubana”.
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