ESTADOS UNIDOS

Donald Trump, presidente; el análisis

[bc_video video_id=”5291245964001″ account_id=”1325727373001″ player_id=”default”]

 

 

La mañana de este viernes, fue la toma de posesión de Donald John Trump como presidente de Estados Unidos. Entre gritos de apoyo y aplausos intermitentes, Trump juró a su cargo en el Capitolio de Washington, convirtiéndose en el mandatario número 45 de ese país.

En Es la Hora de Opinar, Leo Zuckermann, Javier Tello, Luis de la Calle y Jorge Castañeda analizaron el discurso de Trump, que llevó un sello populista. El presidente estadounidense señaló el inicio de una nueva era de afluencia y seguridad, promesas que dependerán de la reorientación radical del lugar que Estados Unidos ha tenido en el mundo.

Trump sintetizó su “nueva visión” de gobierno en el lema “America first”, prometiendo restaurar la grandeza estadounidense mediante una política proteccionista.

Sin mencionar directamente a México, Trump prometió defender las fronteras de Estados Unidos y recuperar sus industrias, trabajos, riqueza y sueños supuestamente robados. Esto significa que seguirá adelante con sus planes de construir el muro, repatriar empresas y renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Donald Trump no demostró moderaciones ni unidad en su discurso de la antipolítica, nacionalista y populista. Quizá lo nuevo haya sido sus toques religiosos, mesiánicos, donde al parecer el nuevo presidente de Estados Unidos tiene línea directa con Dios.

El analista, Luis de la Calle, destacó que el su primer discurso, Donald Trump “no le tendió la mano a nadie, no habló bien de nadie”, a los trabajadores “no los reconoció como trabajadores competitivos, productivos, que se esfuerzan todos los días. No habló bien del Partido Republicano, no habló bien del Congreso de Estados Unidos, del Partido Demócrata, de la Suprema Corte de los Estados Unidos, no habló bien de ningún país del mundo, no apeló a trabajar con nadie y que nadie trabaje con él, amenazó al sistema político de Estados Unidos, en el sentido de que si no están conmigo estás en contra de Estados Unidos”.

Donald Trump, sin duda, no es una persona religiosa, en cuento a su referencia a Dios “el único apoyo que realmente tengo es divino… es al único al que le tendió la mano, por lo tanto, es un discurso narcisista, patriotero”, agregó.

En la investidura de Trump estuvieron presentes puros blancos, “es el Estados Unidos blanco, es la reacción de un Estados Unidos blanco que está viendo cómo ha cambiado su país… es un movimiento reaccionario”, apuntó Leo Zukcermann.

El analista político, Jorge Castañeda, desde Washington, subrayó que el primer discurso de Trump fue agresivo, mediocre y muy polarizante.

“Mediocre porque tuvo tres meses para redactarlo o para mandarlo redactar y porque es, hasta el día de hoy, el discurso más importante de su vida… la verdad no hay nada memorable, ni una sola frase memorable en el texto”, explicó.

Afirmó que el discurso fue agresivo, sobre todo con México, por decir: “Ya no le vamos a regalar dinero a otros países para que cuiden sus fronteras y descuiden las nuestras”.

Trump uso un lenguaje simple, añadió Javier Tello, “es un lenguaje que todo mundo entiende y registra y en ese sentido es eficaz ese sentido de comunicarte en un discurso. De hecho, ese era el secreto de Churchill en sus discursos, usaba frases breves, palabras cortas, palabras sencillas, que todo el mundo entendía”.

“Sus dichos son hechos. Mueven tipos de cambio, mueven tasas de interés, mueven a las bolsas, mueven a las Cancillerías de otros países, mueven a los Parlamentos, mueven a la calle… Lo que dice es un hecho”, refirió Castañeda.

Las manifestaciones anti-Trump

Cientos de personas se han manifestado contra la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, “si la calle no sale, muchas de las cosas que Trump quiere hacer las va poder hacer con bastante facilidad por lo menos durante el primer año de su mandato”, advirtió Castañeda.

En el corto plazo, esa polarización “le funciona a Trump, porque él quiere retratar a Estados Unidos como un país destruido en guerra, en caos, que tiene que ser rescatado con patriotismo”, muchas de estas manifestaciones para los norteamericanos “es antipatriótica”, mencionó Javier Tello.

El TLC

Si Estados Unidos pidiera una renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) “debiera ser inaceptable, porque tiene una serie de implicaciones, primero jurídicas, tanto en Estados Unidos como en México”, aseveró Castañeda.

“Si vamos hacer algo importante, tiene que pasar por el Congreso de Estados Unidos y pasar un tratado comercial por el Congreso de Estados Unidos es una cosa hiper complicada”, dijo Luis de la Calle.

Indicó que “a Canadá le van a pasar la charola más que a México, a la hora de una renegociación del TLC”.

“Donald Trump seguirá siendo Donald Trump”, expuso Zuckermann.

 

RMT