CLIMA Y FENóMENOS NATURALES

Barda perimetral y tumbas del panteón de Mixquic, dañadas tras sismo 19S

El sismo del 19 de septiembre rompió el pavimento en algunas calles de Mixquic, provocó hundimientos y dañó la barda perimetral y varias tumbas del panteón de San Andrés.

“A través de los años, los sismos han asentado la tierra”, dijo Aurelio Pineda Barrios, habitante de Mixquic.

La barda de piedra y cemento mide aproximadamente 40 centímetros de ancho por casi 4 metros y medio de alto.

No hay registro de la fecha de su construcción.

Barda perimetral y tumbas del panteón de Mixquic, dañadas tras sismo 19S. (Noticieros Televisa)

Al sur colinda con la Biblioteca ‘Andrés Quintana Roo’, al norte con la avenida Plutarco Elías Calles, en donde tiene una longitud de 210 metros y hay 7 fracturas de consideración y varias fisuras. Además, se observa desplazamiento de la barda hacia el frente, por lo que fue reforzada con 47 puntales de madera de 4 pulgadas por lado.

Al oeste está delimitada por la calle Independencia, por donde pasa la grieta más grande de la zona, en donde los daños al exterior de la barda fueron cubiertos con 10 puntales.

Al interior los daños son mayores y afectan varias tumbas.

“Hay una grieta en el panteón, y cuando yo era niño esto estaba casi derecho. Voy a hacer palanca y voy a usar unos tabiques para irla bajando de un tabique a un tabique, uno por uno hasta que llegue abajo”, explicó Carlos Iván Núñez Ponce, habitante de Mixquic.

Al este la barda tiene 55 metros de largo y limita con la calle Josefa Ortiz de Domínguez y el Jardín de niños Mixquic, Fue reforzada con 16 puntales.

Barda perimetral y tumbas del panteón de Mixquic, dañadas tras sismo 19S. (Noticieros Televisa)

Mientras la barda espera ser reparada, algunas personas llegaron a lavar y adornar las tumbas de sus seres queridos.

“Llueve o truene, nosotros estamos acá”, enfatizó Aurelio Pineda Barrios, habitante de Mixquic.

También en las casas del pueblo, les dieron la bienvenida a las almas de los muertos.

“En cuanto escuché las campanas ya tenía preparado mi cempasúchil, mi incienso, mis veladoras, mi vasito de agua y la sal, para recibir a mis papás”, concluyó Marlene Castillo Medina.

 

Con información de Francisco Santa Anna

KAH