Jessica González es una de las vecinas damnificadas en el multifamiliar de Tlalpan; a un mes de perder su casa, la convivencia con sus vecinos, en los cuatro albergues instalados, no ha sido sencilla.
La vida en el albergue “es un asco, está sacando lo peor de la gente. La gente nada más viene a rapiñar de todos lados… No hay rutas de evacuación, no hay higiene. Ayer se metieron a las canchas con una pistola, varias personas”, afirmó. Jessica.
Durante el día, los niños que no han regresado a la escuela juegan en los espacios que se encuentran disponibles.
Los vecinos que están de guardia organizan los víveres que han recibido de la ciudadanía.
Otros damnificados han regresado a trabajar.
En pocos días, las personas que viven en el albergue se han tenido que adaptar a una rutina desconocida para todos.
Adriana Estrada, otra de las damnificadas del multifamiliar Tlalpan, dijo que “no es lo mismo vivir en tu casa que vivir en una casota. Está es una casota y tenemos que acostumbrarnos a vivir en esta casota, en donde todos debemos aprender a tener reglas de convivencia”.
Hasta el momento, los vecinos no han querido regresar a sus hogares y advierten que seguirán durmiendo en la calle hasta tener un dictamen estructural confiable, por parte de las autoridades capitalinas.
María Ballesteros indicó que no tiene donde ir, el albergue “es la casa del matrimonio de todos”.
No necesitamos víveres, no necesitamos casas de campaña, necesitamos que el gobierno venga y cumpla sus funciones reales, que no quieran remediar las cosas con pintura y un parche”, aseguró Jessica.
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Con información de Amador Narcia Crespo.
RMT
