Han pasado tres semanas del sismo del 19 de septiembre, en la Ciudad de México y Karla aun no puede conciliar el sueño.
Los tres primeros días, te vas de hilo, no puedes cerrar los ojos porque yo veía el derrumbe, en cuanto cerraba los ojos o aunque sea con el cansancio, tenía mucho cansancio, pero no lograba dormir, en seguida veía el derrumbe otra vez y empiezas a temblar de miedo”, explicó Karla Gómez, habitante de la CDMX que sufre de insomnio después del sismo.
La paletería en donde trabaja, se encuentra justo enfrente del edificio que se colapsó en la esquina de Ámsterdam y Laredo, lo que vivió le ha impedido dormir bien.
De plano no duermes, seguro, sientes que suena la alarma te despiertas, sientes que se mueve o me regresa el recuerdo del derrumbe, siempre hay algo ahí que no te deja dormir, te despiertas cada ratito y se te va el sueño ya no puedes conciliarlo otra vez”, detalló Karla Gómez.
En la Clínica de Trastornos del Sueño, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que se localiza en el Hospital General de México aumentaron las consultas de pacientes con el trastorno de estrés postraumático, como se le llama médicamente, después del sismo.
Las personas con esta problemática están agravando debido a que tienen miedo a que suene la alerta sísmica cuando están dormidos y eso ocasiona un nivel de alerta por lo cual no se pueden dormir”, explicó Andrés Barrera, médico psiquiatra de la Clínica de Trastornos del sueño de la UNAM.
Cada persona reacciona diferente a lo vivido en el sismo.
Los que tenían la experiencia del sismo del 85 fueron los más afectados, los vulnerables a tener pesadillas o insomnio.
Tienen una sensación de ansiedad que les impide dormir bien.
A nivel biológico de nuestro organismo ante una reacción estresante se va a activar un área del cerebro que se llama la amígdala va a ocasionar muchos síntomas como ansiedad, de nerviosismo, inquietud, palpitación y un estado de alerta, hay que recordar que para dormir bien uno debe estar tranquilo, relajado”, aseguró Andrés Barrera.
Los recuerdos desagradables sobre el acontecimiento natural, produce un despertar súbito y constante durante la noche.
El ajuste para dormir bien, dura en promedio dos o tres semanas, pero si continua, entonces se recomienda buscar ayuda de especialistas, evitar los lugares que les recuerden lo vivido y hacer ejercicio.
Karla seguirá frente al edificio colapsado, se siente afortunada de conservar su trabajo por lo que su insomnio lo tratará médicamente y espera superarlo cuando la clientela regrese a la paletería.
Con información de Guadalupe Madrigal
MAP
