En los embarcaderos de Nativitas y Zacapa, en Xochimilco, los niveles del agua disminuyeron entre 30 y 40 centímetros a consecuencia del sismo del 19 de septiembre.
Cuarenta centímetros son suficientes para que cientos de trajineras permanezcan encalladas sobre el lodo y la tierra, lo que significa que los remeros no pueden salir a trabajar.
Alimentamos este lago con un sistema de bombeo de agua, parece que los motores que impulsan el suministro de agua están afectados, queremos hacerle un llamado para que reactiven esas plantas de tratamiento de agua para que siga inyectando esa agua”, dijo Carlos Rodríguez, remero de Xochimilco.
El problema de la disminución del agua se originó a 19 kilómetros.
En el cerro de La Estrella, en Iztapalapa, una falla provocó que, en un tubo que debería alimentar los canales, solo salga un pequeño chorro.
En el andador que comunica ambos embarcaderos se registran varios daños y grietas; aún no se ha trabajado para arreglarlos, ni para retirar la basura que la falta del agua dejó al descubierto.
El mayor problema es que, según los prestadores de servicios, el sismo y los daños en otras zonas de Xochimilco han ahuyentado el turismo.
Los embarcaderos lucen desiertos. Mil trajineras permanecen varadas en este lugar.
Lo que necesitamos es reactivar la economía invitándolos a que vengan a consumir, somos más de diez mil personas que dependemos del turismo en Xochimilco”, exhortó Juan Manuel Rosales, propietario de trajineras.
Las autoridades prometieron que el problema del agua quedará resuelto el fin de semana.
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Con información de H. Trujjillo
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