David Hernández tiene 24 años de edad, desde los 17 padece Osteosarcoma, “un tipo de cáncer muy agresivo que ataca sobre todo a los niños… Los primeros síntomas eran dolores, una pequeña bolita en la rodilla… yo pensaba que era un dolor común y corriente que se me iba a quitar”, explicó.
Pasaron cuatro meses para que David recibiera el tratamiento indicado, mientras los dolores aumentaban, al igual que el tamaño del tumor.
Los médicos del Instituto Nacional de Cancerología (Incan) intentaron salvar su pierna, pero al cuarto ciclo de quimioterapia, David tuvo que tomar una decisión que le cambiaría la vida.
El cáncer lo tenía encapsulado, lo tenía nada más en la rodilla izquierda, un tumor así de unos 15 centímetros… entonces yo decidí… mejor que me amputen mi pierna, prefiero perder mi pierna a perder mi vida. Piernas tengo dos, vidas solamente tengo una”, relató.
El Osteosarcoma o cáncer en el hueso, representa el 15% de todos los cánceres en edad pediátrica. Se manifiesta principalmente con dolor e inflamación en alguna extremidad, que generalmente se atribuye a una caída o golpe, por lo que pueden pasar hasta 12 meses para ser detectado.
Jorge Luis Martínez, oncólogo del Incan, informó que “más del 50% de los pacientes llegan con tumores de más de 10 centímetros… pero al llegar pacientes con tumores de 20, 30, 40 centímetros pues sería muy difícil hacer una cirugía preservadora de extremidad, entonces la única recomendación es la amputación”.
A David le colocaron una prótesis con la que volvió a caminar y sueña con ser un destacado deportista.
Pretendo, de aquí al 2020, estar en los juegos paralímpicos en Tokio, le estoy echando muchísimas ganas para poder llegar hasta esa instancia.
Después de haber pasado por una enfermedad como el cáncer, no hay nada imposible que no pueda lograr”, afirmó David.
Con información de Farah Reachi.
RMT
