Fillon, que solía ser favorito en la carrera presidencial, está envuelto en un escándalo sobre los honorarios de su esposa, y su campaña se ha visto en graves dificultades desde que fue informado la semana pasada que podría quedar sujeto a una investigación formal sobre desvío de fondos públicos.
El político conservador está bajo una creciente presión de los líderes de su partido, que sostendrán una reunión de emergencia el lunes para discutir la situación antes del plazo del 17 de marzo para que todos los candidatos presidenciales cuenten con el apoyo de al menos 500 funcionarios electos.
Más temprano el domingo, un influyente político conservador francés dijo que varias figuras del partido están a punto de emitir una declaración para pedir que el ex primer ministro Alain Juppé lo sustituya como su candidato.
“Seguiré diciéndoles a mis amigos políticos que la elección es de ellos, pero al mismo tiempo no solamente de ellos”, dijo en un discurso de media hora en el que no prometió dar pelea hasta el final.
“Me están atacando desde todos los frentes, y con conciencia debo escucharlos a ustedes, a esta multitud que me empuja a seguir adelante, pero también debo preguntarme sobre quienes dudan de mí”, agregó.
Jean-Christophe Lagarde, jefe de partido de centroderecha Unión de Demócratas e Independientes (UDI), que tiene una alianza con los conservadores republicanos, advirtió que apoyar la candidatura de Fillon llevaría a “un fracaso seguro” y llamó a Juppé a reemplazarlo.
“En los Juegos Olímpicos cuando el medallista de oro queda descalificado entonces el medallista de plata toma su lugar”, dijo Lagarde.
RAMG