ESTADOS UNIDOS

Prohibición de Trump genera caos en viajes a EU y desata enojo de musulmanes

[bc_video video_id=”5301479633001″ account_id=”1325727373001″ player_id=”default”]
El veto temporal a la entrada de ciudadanos de varios países de mayoría musulmana decretado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, provocó hoy el caos y la indignación en medio mundo, mientras numerosos viajeros veían bloqueado ya su acceso a territorio estadounidense.

La decisión de Trump, sin embargo, quedó bloqueada parcialmente esta noche por una jueza de Nueva York que dio una orden para impedir la deportación de entre 100 y 200 personas que llegaron a Estados Unidos después de que se informara de la orden de Trump.

Las medidas aprobadas este viernes por Trump bajo el pretexto de “proteger al país de la entrada de terroristas extranjeros” fueron inmediatamente denunciadas ante la Justicia por un grupo de organizaciones de derechos que las consideran anticonstitucionales.

La orden suspende durante 90 días la concesión de visados y la entrada a todos los ciudadanos de Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen hasta que se adopten nuevos procesos de escrutinio, al tiempo que frena todas las acogidas de refugiados durante 120 días.

LAS MEDIDAS DESATAN PROTESTAS EN AEROPUERTOS

Multitud de personas sufrían ya hoy el impacto directo de unas medidas muy criticadas tanto dentro como fuera del país.

Padres que viajaban a Estados Unidos para reunirse con sus familias, estudiantes en universidades estadounidenses o refugiados que huían de la guerra estaban entre los primeros afectados.

A lo largo del día, fueron conociéndose casos de personas a las que no se les permitió volar rumbo a Estados Unidos desde lugares como Egipto, Turquía u Holanda, y de otros que fueron bloqueados a su llegada al país.

En Nueva York, más de una decena de personas fueron retenidas en el aeropuerto internacional JFK, incluidos dos ciudadanos iraquíes que habían obtenido visados especiales para trasladarse a Estados Unidos.

Uno de ellos, Hameed Jhalid Darweesh, fue liberado tras horas de detención y después de la mediación de varias organizaciones y de dos congresistas demócratas.

Darweesh, de 53 años, había obtenido un visado para él y su familia tras haber cooperado durante años con las fuerzas armadas estadounidenses en Irak.

“Apoyé al Gobierno de Estados Unidos desde el otro lado del mundo, pero cuando llegué aquí me dijeron ‘no’ y me trataron como si me hubiese saltado las reglas o hubiese hecho algo malo”, lamentó el hombre en declaraciones a los periodistas, en las que agradeció el apoyo de muchos estadounidenses.

En nombre de Darweesh y de otro iraquí retenido en Nueva York, abogados de organizaciones de derechos civiles presentaron hoy una demanda ante un tribunal federal para exigir la liberación de todos los detenidos y buscar que no se impida la entrada en el país a nadie bajo la orden decretada por Trump.

El recurso tuvo sus frutos esta misma noche, porque una jueza federal bloqueó parte de la orden ejecutiva de Trump para no deportar a las decenas de personas que fueron detenidas en distintos aeropuertos del país y se estaba impidiendo su entrada.

Según la magistrada Ann Donnelly, de un tribunal de Brooklyn, la orden de Trump para enviar de regreso a estos viajeros puede generales un “daño irreparable”.

Además de indignación, en las primeras horas de aplicación las medidas de la Casa Blanca provocaron confusión y caos en ciudades y aeropuertos de todo el mundo dada la falta de claridad sobre ciertos detalles.

Por ejemplo, el Gobierno tardó hasta media jornada en confirmar de forma semioficial que el veto temporal afecta también a los ciudadanos de esos siete países en cuestión aunque sean residentes permanentes en Estados Unidos.

Si actualmente se encuentran fuera del país, esas personas, que en muchos casos llevan décadas residiendo legalmente en Estados Unidos, deberán obtener una exención para poder volver a territorio estadounidense en un proceso que se decidirá caso por caso, según dijo a los periodistas un funcionario gubernamental.

Según cálculos de la web de investigación periodística ProPublica basados en datos estadísticos, unos 500 mil ciudadanos de esos siete países han recibido la residencia permanente durante los últimos diez años.

Además, las restricciones afectan también a los ciudadanos de esos siete países incluso si cuentan con pasaporte de otra nación, según adelantó “The Wall Street Journal” citando un comunicado que supuestamente se hará público próximamente.

Aunque la mayor parte de las medidas contenidas en la orden de Trump son temporales, para los críticos muchas de ellas terminarán convirtiéndose en indefinidas y suponiendo en la práctica un veto a la inmigración de musulmanes, al menos de ciertos países.

Además, las acciones de la Casa Blanca amenazan con desencadenar represalias en muchos lugares. Hoy, Irán ya adelantó que aplicará el principio de reciprocidad y prohibirá el acceso de estadounidenses.

Políticos de la oposición criticaron hoy duramente las medidas de Trump y varias ciudades como Nueva York se aprestaron a tratar de apoyar a los afectados, mientras multitud de personas salieron a las
calles a protestar.

Por su parte, la mayoría de dirigentes republicanos que, como vicepresidente Mike Pence, en el pasado se habían pronunciado contra
el bloqueo a la entrada de musulmanes guardaron silencio.

ENOJO MUSULMÁN

El nuevo presidente republicano suspendió el viernes por cuatro meses el ingreso de refugiados a Estados Unidos y prohibió temporalmente el ingreso de viajeros de Siria y otros seis países de mayoría musulmana, para, dijo, proteger a los estadounidenses de ataques terroristas y cumpliendo con lo que prometió en su campaña electoral.

“No es una prohibición contra los musulmanes”, dijo Trump el sábado, luego de firmar más decretos en el Salón Oval de la Casa Blanca. Sostuvo que esas medidas debieron haberse aplicado hace años.

La prohibición afecta a viajeros con pasaportes de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen y se extiende a personas que cuentan con la residencia permanente o “green card” en Estados Unidos.

Ciudadanos árabes en Oriente Medio y en el norte de África dijeron que la orden ejecutiva era humillante y discriminatoria. La medida provocó fuertes críticas de aliados occidentales de Estados Unidos, como Francia y Alemania, además de grupos árabe-estadounidenses y de organizaciones de derechos humanos.

Irán dijo que aplicaría medidas similares en represalia contra estadounidenses y describió la decisión del mandatario republicano como una “afrenta contra el mundo musulmán y la nación iraní”.

Sudán, por su parte, dijo que la decisión de vetar el ingreso de sus ciudadanos era desafortunada, en vista de los “pasos históricos tomados” apenas hace unas semanas para que Washington levantara sanciones contra el país africano por su cooperación para combatir el terrorismo.

En tanto, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dio la bienvenida a las personas que huyen de la guerra y la persecución, pese a que aerolíneas canadienses dijeron que evitarán que aborden sus vuelos hacia Estados Unidos pasajeros de los países vetados.

 

 

COMPAÑÍAS DE EU AFRONTAN REVÉS POR EMPLEADOS

Compañías estadounidenses se volcaron el sábado a lidiar con los efectos del decreto del presidente Donald Trump sobre inmigración, que llevó a gigantes como Google a pedir con urgencia a sus empleados fuera del país que regresaran y a otras empresas a ofrecer ayudar legal a sus trabajadores.

El decreto emitido por Trump prohíbe a ciudadanos de siete países – con población mayoritariamente musulmana – ingresar a Estados Unidos, incluso si cuentan con visas o permisos de residencia permanente, una decisión que tomó por sorpresa a muchas compañías.

El presidente ejecutivo de Google, Sundar Pichai, dijo en un correo electrónico enviado al personal que más de 100 empleados de la empresa se habían visto afectados hasta el momento, de acuerdo a un ejecutivo de la firma de tecnología.

Un empleado de Google con nacionalidad iraní y residencia legal en Estados Unidos logró regresar al país norteamericano horas antes de que el decreto entrara en vigencia, dijo el ejecutivo.

“Nos preocupa el impacto de este decreto y de otras políticas que impongan restricciones sobre empleados de Google y sus familias o que creen barreras para traer grandes talentos a Estados Unidos”, dijo Google, parte de Alphabet Inc, en un comunicado. “Continuaremos expresando nuestras posturas sobre estos temas ante líderes en Washington y en otras partes”.

El presidente de Microsoft, Brad Smith, dijo en un correo electrónico publicado en la red LinkedIn que 76 empleados de la compañía eran ciudadanos de alguno de los siete países sujetos a las restricciones de Estados Unidos, y que por lo tanto quedaban directamente afectados por la orden ejecutiva.

“Microsoft cree en un sistema de inmigración robusto y bien balanceado con personas altamente calificadas”, dijo Smith en el correo. “También creemos en las oportunidades de la inmigración, como la protección a personas talentosas que cumplen con la ley”, sostuvo.

Con información de Reuters y EFE

JLR