CRIMEN Y SEGURIDAD

Así fueron las últimas horas de ‘El Chapo’ Guzmán en México

El miércoles 18 de enero fue la última noche de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en México, él no lo sabía porque ningún funcionario lo había anunciado, de hecho, muy pocos en el gabinete del presidente Enrique Peña Nieto sabían del plan, y porque nada parecía diferente de su rutina en el penal de máxima seguridad número nueve en Ciudad Juárez, Chihuahua.

A la hora de la cena, a las 6:43 de la tarde del 18 de enero pasado, una empleada de la empresa ‘La Cosmopolitana’, proveedora de alimentos en esa prisión, le llevó queso panela, frijoles, tortillas, un plátano, yogurt, cereal y leche deslactosada.

La trabajadora entregó los alimentos al policía federal, integrante del Grupo Alfa, que vigilaba al narco, el único con permiso para tener el mínimo contacto con ‘El Chapo’ hacerle plática le podía costar su trabajo.

Los alimentos habían sido probados 10 minutos antes por Baguira y Chihuahuitas, dos perros policía, encargados de verificar en cuerpo propio si la comida de ‘El Chapo’ estaba envenenada. Si Baguira y Chihuahuitas se la comían sin mostrar reacción entonces se la llevaban a Guzmán Loera a su celda.

Esa noche, a través de la cámara de circuito cerrado le hicieron pase de lista dos veces antes de que ‘El Chapo’ se durmiera.

El reporte oficial de ese día, al que Despierta tuvo acceso consigna que en tres ocasiones vieron al capo acostado sobre la cama, cubierto con una sábana, dos cobertores y un antifaz sobre los ojos; así se fue a dormir, sin saber lo que vendría al día siguiente.

La mañana del jueves 19 de enero, el día de la extradición, desayunó papas con verdura y jamón, frijoles con chicharrón, tres tortillas de harina, leche deslactosada, papaya, yogurth, cereral y té de manzanilla.

Fue visitado por un enfermero que le dio sus medicamentos: diclofenaco, laxante, bezafibrato y antibiótico.

Luego de bañarse, el capo recibió una notificación del Juzgado Séptimo de Distrito y se entrevistó con una de sus abogadas, Silvia Rocío Delgado.

Pasado el mediodía le llevaron pollo con mole, arroz, frijoles, tortillas, una barra de avena, una pepitoria y agua de mandarina. Ya le habían dado su visto bueno Baguira y Chihuahuitas, esa sería su última comida en México.

Lo que sucedió minutos después lo tomó por sorpresa al ‘Chapo’ y a sus abogados.

Cuando el licenciado José Refugio Rodríguez, jefe de su equipo de defensa, ingresó al penal para visitar a ‘El Chapo’ le aplicaron los protocolos de seguridad y le quitaron sus celulares, sin embargo, justo en ese momento aprovechando que el abogado estaba incomunicado con el exterior las autoridades aplicaron el ‘código negro’ en la cárcel federal.

El ‘código negro’ implica un estado de alerta máxima, congeló las visitas y detuvo el flujo de personas en el interior de la prisión.

Entonces, a ‘El Chapo’ lo llevaron al cubículo técnico uno, ahí le tomaron huellas dactilares y fotografías, lo sacaron por la aduana vehicular y lo entregaron a la Policía Federal ministerial.

Una suburban negra blindada lo condujo a la explanada exterior de la prisión, donde estaban dos helicópteros Blackhawk.

El narcotraficante fue subido a la aeronave con matrícula 1065 el otro helicóptero despegó vacío estaba ahí para despistar y para repeler cualquier agresión en caso de que alguien intentara un rescate.

Los dos aparatos volaron al aeropuerto de Ciudad Juárez donde el capo fue entregado a las autoridades de Estados Unidos.

Así fueron las últimas horas de ‘El Chapo’ Guzmán en territorio mexicano.

Con información de Despierta con Loret

LSH