LONDRES, Inglaterra, 31 oct. 2014.- Por siglos los generales de las fuerzas armadas del Reino Unido han tolerado la cultura de la intoxicación con whisky, ginebra, ron o cerveza entre sus soldados o marineros como parte inseparable de la “camaradería militar” y un método del alivio del estrés, causado por los horrores de los conflictos bélicos.
Pero una nueva investigación del influyente Comité de Defensa del Parlamento Británico concluyo que el daño causado por el crónico problema de abuso del alcohol es verdaderamente devastador.
El 2 por ciento de los militares, -más de 1,600 hombres y mujeres,- necesitaron tratamiento médico en el 2013 tras serias congestiones alcohólicas, psicosis, problemas del hígado y cardiovasculares. En comparación con el año 2012, se registró un alarmante auge del 28 por ciento.
Como resultado, los niveles de incidentes de abuso intrafamiliar, delitos violentos, incluidos asaltos sexuales y problemas de salud mental entre la población militar británica “sustancialmente” superan los índices que existen entre la población civil. Durante los últimos 5 anos, más de 1,300 militares fueron admitidos a unidades de la salud mental.
“Demasiados miembros de las fuerzas armadas parecen creer que el alcohol es parte integral de la cohesión de grupo o que el beber alcohol es una manera apropiada de hacer frente a un retorno de un despliegue militar. Los niveles peligrosos de consumo de alcohol son la norma en las fuerzas armadas, independientemente del género. Se necesitan medidas urgentes para reducir el daño causado por el abuso del alcohol al personal y sus familias”, concluyeron los legisladores británicos.
Los parlamentarios escucharon el análisis de los expertos independientes, la unidad de Investigación de la Salud Militar del King’s College de Londres, el KCMHR. Los expertos encontraron que los militares que habían luchado en Irak y Afganistán durante la última década corrían un riesgo 53 por ciento más elevado que sus colegas no combatientes de cometer un delito violento. También se estableció, que el trastorno de estrés post-traumático y consumo abusivo de alcohol son 2 de los factores principales de este riesgo.
Los legisladores han recomendado acabar finalmente con la práctica tradicional de los bares en los cuarteles militares, que por décadas han vendido alcohol a precios subsidiados. En muchos de estos bares los cocteles cuestan solo 1 libra esterlina (1,6 en dólar norteamericano), 4 o 5 veces menos que en un bar normal.
Aunque desde el año 2007 las autoridades militares han invertido más de 12 millones de dólares en servicios de ayuda para oficiales y soldados por problemas de salud mental y alcoholismo, hasta el momento todo indica que el ejército del Reino Unido está perdiendo la larga batalla contra la botella.
En Londres, Vytas Rudavicius
