Ébola: síntomas y formas de transmisión

SAN DIEGO, Estados Unidos, oct. 16, 2014.- El ébola es una infección ocasionada por un virus de la familia de los filovirus que puede transmitirse de un humano a otro por contacto directo con secreciones de un enfermo, ya sea por un corte en la piel o a través de mucosas de ojos, nariz o boca, principalmente. 

 

Todos los fluidos corporales de una persona con ébola están contaminados y el contacto con los mismos puede desencadenar la enfermedad. De ahí que saliva, lágrima, sudor, materia fecal, orina, vómito, sangre, leche materna o semen sean potenciales fuentes de contagio cuando entran en contacto con piel lesionada o mucosas.

 

Si una persona toca a un paciente enfermo debe desinfectarse de inmediato a fin de evitar que al frotarse la cara o los ojos se pueda contagiar. Es indispensable que el personal de salud que atienda a los enfermos con ébola cuente con equipo que impida en todo momento el contacto con el paciente y en caso de ocurrir el mismo, desinfecte el área corporal a la brevedad.

 

Una persona con ébola comienza a ser contagiosa a partir del momento que aparecen los primeros síntomas de la enfermedad que no pueden diferenciarse de un resfriado común. Estos son fiebre, dolor de cabeza y malestar general que suelen aparecer de dos a 21 días después del contagio.

 

Dos o tres días después del inicio de los primeros síntomas, la persona con ébola comienza a tener sangrados por la nariz o presencia de sangre en las heces o en la orina que evolucionan a diarrea y vómito con sangre, fiebre alta y hemorragias generalizadas con dolor abdominal y muscular intenso, así como gran debilidad.

 

Estos síntomas del ébola son muy similares a los que se presentan en el dengue hemorrágico, que sólo se transmite por la picadura de un mosquito, más no de humano a humano.

 

VM,