Balance del gobierno de Dilma Rousseff

CIUDAD DE MEXICO, México, 6 oct. 2014.- Dilma Rousseff busca la reelección en la presidencia de Brasil.

 

Su gobierno termina con una recesión, una inflación que supera el 6.5% y una economía sin crecimiento.

 

Es que a pesar de que el ministerio de finanzas de Brasil se empeña en negar que Brasil está en recesión, las cifras parecen contradecirlo.

 

Datos dados a conocer en agosto pasado indican que el producto interno bruto en Brasil cayó en 0,6 % en el primer y segundo trimestre de 2014.

 

La producción también cayó 0,2% en los primeros tres meses de este año.

 

La inflación supera el 6,5 por ciento al año,

 

Especialistas pronostican que la economía de Brasil no crecerá este año.

 

La organización de las naciones unidas y el banco mundial estiman que más de una cuarta parte de los brasileños vive cerca o en la línea de la pobreza.

 

Las mujeres, los jóvenes y los pequeños agricultores son los más vulnerables.

 

El servicio de energía eléctrica es deficiente, así como sus carreteras, transporte público, aeropuertos y puertos marítimos.

 

Brasil es el segundo país del mundo que tiene escasez de mano de obra especializada.

 

En junio de 2013 los brasileños salieron a las calles para manifestarse en contra del gobierno de Rousseff.

 

A lo largo de tres semanas las protestas se extendieron a Más de 350 ciudades brasileñas.

 

Un año después, unos días antes de la inauguración del mundial, los brasileños que se oponían al mundial por los gastos que implicó, salieron a las calles en demanda de aumentos salariales.

 

En este movimiento que inició en sao Paulo, rio y luego se extendió a todo el país participaron conductores de autobuses, metro, maestros, médicos, indígenas.

 

La demanda era la misma, mejores salarios y condiciones labores. Mejores hospitales, escuelas, más seguridad y mejor transporte, mejores carreteras.

 

A pesar del descontento popular, durante su comparecencia en la 69 asamblea general de la ONU, la presidenta Rousseff destacó los logros de su gobierno.

 

Aunque parte de esos logros son herencia del gobierno de Lula da Silva, el antecesor de Dilma Rousseff en la presidencia de Brasil.

 

Esto se debe a la existencia de la llamada bolsa familiar, un apoyo que reciben las familias más pobres de Brasil.

 

El analfabetismo, que al inicio del año dos mil  era de 13,5% se redujo en cinco puntos y ahora se ubica en 8.5% de brasileños que aún no saben leer ni escribir.

 

Hace 14 años la desnutrición afectaba al 10.7% de los brasileños, ahora está por debajo del 5%.

 

En el año dos mil 14% de brasileños eran pobres extremos, hoy el 3.5% de los más de 200 millones de brasileños viven en extrema pobreza.

 

De acuerdo con cifras del ministerio de asuntos estratégicos en la última década aumentaron en 4.5% los ingresos del 40 % de la población más pobre de Brasil. También se incrementó el ingreso de la clase media en un 6%.

 

Un informe de la ONU y del instituto brasileño de geografía y estadística revela que Brasil abandonó por primera vez el mapa del hambre elaborado por la FAO.

 

A pesar de que el balance de los últimos años indica que se redujo la desigualdad en Brasil no todos los brasileños están satisfechos con el desempeño de Dilma Rousseff en la presidencia.

 

 

 

Leticia Bautista