FARC exige investigar a paramilitarismo en Colombia

LA HABANA, Cuba, sep. 23, 2014.- La guerrilla colombiana de las FARC arremetió el martes contra el Gobierno de Juan Manuel Santos por no aceptar un cese bilateral del fuego mientras mantienen conversaciones de paz que buscan de acabar con medio siglo de conflicto armado.

 

A pesar de estar sentados a la mesa de negociaciones en La Habana desde hace casi dos años, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y los militares colombianos continúan enfrentándose en las selvas y montañas del país. Y los rebeldes siguen haciendo ataques a la infraestructura petrolera.

 

Santos se resiste a aceptar la propuesta de la guerrilla de un alto el fuego porque asegura que los rebeldes podrían sacar provecho de la situación para fortalecerse militarmente y dilatar indefinidamente el proceso de paz para acabar con la guerra interna que ha dejado más de 200,000 muertos.

 

Pero las FARC calificaron a la actitud del Gobierno de “negligencia”.

 

“Negar el cese al fuego bilateral que reclaman las víctimas del conflicto pretextando que dichas treguas son aprovechadas por las FARC para fortalecerse política y militarmente, es una forma de revictimizarlas, y una obstinación que en medio de un proceso de paz que avanza, solo puede causar perplejidad”, dijo el jefe negociador de las FARC, Iván Márquez, en un comunicado.

 

Durante el proceso, las FARC han decretado cuatro ceses al fuego unilaterales a los que no se han sumado las Fuerzas Armadas colombianas.

 

A pesar de las amenazas de ambas partes de abandonar las negociaciones, el proceso ha avanzado con tres acuerdos parciales en temas como el acceso de la tierra a campesinos, participación en política del grupo guerrillero y sustitución de cultivos ilícitos para combatir el narcotráfico.

 

Actualmente discuten sobre las víctimas del conflicto, un complejo tema que incluye desde los fallecidos hasta los desplazados por el conflicto interna.

 

Las propias víctimas y sus familiares han exigido un cese al fuego bilateral, mientras que los legisladores opositores de izquierda en el Congreso apoyan la idea. Pero la mayoría de los colombianos respalda la postura de Santos.

 

Por otra parte, las FARC negaron estar aliados a bandas criminales formadas por antiguos paramilitares de ultraderecha dedicados al narcotráfico, como denunció la semana pasada el Gobierno después de un ataque de la guerrilla que cobró la vida de siete policías en el noroeste de Colombia.

 

El grupo rebelde, que ha sido diezmado en los últimos años pero se calcula que aún tiene unos 8,000 combatientes, rechazó versiones sobre fracturas internas debido al proceso de paz.

 

“Déjennos avanzar en paz en la construcción del acuerdo de paz. Dejen la perfidia de cercar con sospechas a la parte contendiente en diálogo generando desconfianza”, sostuvo la guerrilla en el comunicado que leyó Márquez.

 

HVI