San Fermín 2014

MADRID, España, 3 jul. 2014.- “Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril. Cinco de mayo, seis de junio, siete de julio, San Fermín… A Pamplona hemos de ir, con una bota, con una bota, a Pamplona hemos de ir, con una bota y un calcetín…”

 

Es la invitación más extendida y conocida gracias a esta banda sonora que nos abre las puertas durante nueve días a Pamplona, capital navarra.

 

Diversión a raudales, ganas de pasarlo bien, y también, cómo no, la adrenalina que produce correr en uno de los siete encierros que marcan estas fiestas ante todo taurinas.

 

La Pamplonada, o San Fermín, conocida internacionalmente gracias entre otras cosas a la contribución del escritor norteamericano, Ernest Heminway, con su novela “The sun also rises” en 1926, tiene su origen en la Edad Media.

 

Entonces ya se celebraban una serie de actos religiosos en honor a San Fermín, en el que se incluía las corridas de toros y las ferias comerciales celebradas en la zona.

 

Lo curioso del hecho es que dichas fiestas tenían lugar el 10 de octubre, en pleno otoño en el norte español, con un tiempo más bien frío y húmedo.

 

Buscando mejor clima para celebrar como se merece a este Santo, en 1951 los pamploneses decidieron trasladar la fecha al mes de julio. Con el paso del tiempo fue ganando fama y adeptos y hoy atrae a miles de personas procedentes de todo el mundo.

 

CHUPINAZO EL DOMINGO 6 DE JULIO

El cohete, más conocido como chupinazo, es el estallido que anuncia el comienzo de los Sanfermines, ante una plaza del Ayuntamiento, el de Pamplona, llena a rebosar con miles de personas procedentes de todos los lugares del mundo.

 

Este domingo a las 12:00 horas volverá a volar el artefacto desde el balcón del Consistorio, y al grito de “Viva San Fermín” un manto de pañuelos rojos ondeará durante nueve días que duran las fiestas por todos los rincones de esta pequeña ciudad.

 

Dónde, por supuesto, los encierros se convierten en la pieza clave en torno a la cual gira el resto de los eventos y el día.

 

NORMAS PARA LOS CORREDORES

Correr delante de los morlacos no es tarea fácil y aunque el recorrido parece más largo cuando unos cuernos acarician las espaldas de los correderos es de tan solo 875 metros.

 

Durante siete días a las ocho en punto de la mañana se sueltan a los toros bravos de más de 500 kilos. Antes de comenzar la carrera se debe de tener en cuenta una serie de consejos.

 

Por supuesto, está prohibido acceder ebrio al recinto vallado. A partir de ahí todo el que quiera puede participar mientras que respete las normas. Es fundamental conocer la dinámica, por ello hay que estar atento a los cohetes que van anunciando donde están los animales en todo momento y por supuesto, a los pastores que con sus varas van guiando al ganado.

 

Pero también evitan que los más atrevidos toquen a los toros, por lo que si alguien lo intenta se llevará un buen golpe de estos pastores.

 

Saber retirarse a tiempo también es un triunfo y ayuda al resto de corredores, por lo que si se cae al suelo lo mejor es no levantarse y dejar que pasen los morlacos.

 

Si respeta las normas y sigue los consejos de los corredores expertos no tiene porqué sufrir ningún percance, aunque es tanta la gente que se agolpa en este recorrido que todos los años hay algún herido que es atendido con celeridad por los servicios de emergencia.

 

Pero si prefiere disfrutar de la fiesta sin correr riesgos hay múltiples opciones y alternativas culturales, aunque a buen seguro que será tanta la fiesta y oferta gastronómica que igual hay que repetir visita a Pamplona para conocer mejor sus joyas arquitectónicas.

 

 

Yolanda Fernández