Origen del conflicto entre Ucrania y Rusia

CIUDAD DE MEXICO, México, 18 jul. 2014.- Ucrania es un país industrial que produce aviones, trenes, coches y carros de combate. Además se le considera un ‘inmenso granero’ por su producción de trigo. Tiene grandes reservas de gas, pero aun así, importa buena parte de esa energía de Rusia por imposición de Moscú que controla los gasoductos.

 

La economía ucraniana ha estado en recesión desde 2012, pero el FMI afirma que este año crecerá 1.5%.

 

Hoy el país está dividido (aunque no en partes iguales) entre prorrusos y prooccidentales. Estos últimos se han reunido durante semanas en la gran Plaza de la Independencia  (Maidan Nezalezhnosti) y su rebelión ha sido bautizada como Euromaidan.

 

Sus protestas van dirigidas también contra la corrupción de la familia del ex presidente Víktor Yanukovich, quien pretendía controlar todos los hilos del poder económico, político y mediático.

 

Ante la presión de las protestas, Yanukovich huyó del país en febrero y se refugió en Rusia donde dice que aún es el presidente legítimo. 

 

Para debilitar a Ucrania y mantener su influencia en la zona, Rusia promovió la anexión de Crimea donde la mayoría de la población es descendiente de rusos, además de que es un sitio estratégico donde está anclada la flota rusa que alquiló el puerto de Sebastopol hasta el año de 2042. Además, Ucrania es el mayor punto de fricción entre los países de la OTAN y Rusia desde el final de la Guerra Fría por ser un paso estratégico geopolítico entre Europa oriental y Asia.

 

Crimea fue parte de la Unión Soviética que fue una federación dominada por los rusos, pero cuando desapareció la URSS, Crimea fue cedida a Ucrania que ahora es vista como botín político por Rusia que vio el momento adecuado por los problemas internos en Ucrania, para recuperar Crimea argumentando su preocupación los rusos o descendientes rusos de la zona.

 

La semana pasada el presidente ruso envió un grupo de tropas especiales ‘sin identificar’, que tomaron el control de las ciudades más importantes de Crimea, así como del parlamento local. Luego, Putin pidió y obtuvo permiso del Parlamento ruso para intervenir militarmente en Ucrania.

 

Los rusos que viven en Crimea convocaron a referendo de adhesión a Rusia el domingo día 16 de marzo. El resultado según los rusos fue que el 96% quiere ser parte de Moscú, lo que no ha sido verificado por observadores internacionales.

 

El presidente Obama advirtió a Putin de que sus acciones de expansionismo en Ucrania tendrán grandes costos para Rusia.

 

Representantes de Rusia, Ucrania, la UE y EEUU se reunieron en Ginebra en abril para pactar un desarme de los grupos armados, sin embargo, el nuevo presidente de Ucrania, Aleksander Turchinov, intentó dominar la situación pero perdió el control en varias ciudades.

 

Los grupos prorrusos siguieron enfrentando a grupos que defienden al gobierno de Kiev en diferentes puntos del país.

 

Un referendo organizado en las ciudades ucranianas de Lugansk y Donetsk dio la mayoría a los partidarios de la independencia de Ucrania, pero no fue aceptado internacionalmente ni por Rusia.

 

En las elecciones presidenciales del domingo 25 de mayo ganó el oligarca y empresario Petro Poroshenko quien prometió llevar la paz al país y proteger las zonas en conflicto.

 

Aunque la historia del odio entre ambas naciones es mucho más antigua, el antecedente más reciente en el siglo XX se remota a 1922 cuando Ucrania entró a formar parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas tras una guerra civil interna y otro conflicto armado con Polonia donde Ucrania quedó dividida en dos: una parte fue anexada por Polonia y la otra por la URSS.

 

En los años 20, José Stalin promovió la colectivización de la agricultura. El estado asignaba las cuotas de alimento a los campesinos que, incapaces de subsistir, murieron por millones. La mayoría ucranianos. Entre 1932 y 1933, se la bautizó a ese periodo como ‘holodomor’ o la gran hambruna. Los ucranianos lo recuerdan como un ‘genocidio’.

Los años 1938 y 1939 en la URSS se conocieron como el Gran Terror, Stalin procuró eliminar lo que consideraba sus enemigos políticos. Si sumamos las purgas de los años 20 y 30, murieron más de 600,000 escritores, artistas e intelectuales que representaban el 80% de la elite del país.

 

Stalin también eliminó del Ejército Rojo a los militares de alto rango de origen ucraniano. Eso supuso asesinar al 75% de los oficiales de su ejército.

Durante la Segunda Guerra Mundial la mayoría de los ucranianos combatió contra los invasores nazis, pero también se crearon poderosos grupos militares que combatieron a los rusos, y que incluso se aliaron con los nazis. De hecho se creó toda una División de las SS llamada Galicia o Galitzia (por la zona de Ucrania llamada como la comunidad española).

Muerto Stalin, Nikita Krushev cambió el rumbo de las relaciones entre los países que conformaban la Unión Sovíetica. La URSS invirtió muchos recursos en convertir a Ucrania en un soviet industrial. Le siguió Leonid Brézhnev, de origen ucraniano. Tanto fue el entusiasmo que no se dudó en levantar una central nuclear en Chernobyl. En 1986, esa central causó el mayor accidente nuclear de la historia en amplias zonas de Ucrania por fallas de seguridad.

 

En 1991, Ucrania aprovechó la debilidad de la URSS para independizarse. Desde la independencia, Rusia ha tratado de influir en este vasto territorio de 46 millones de habitantes. Unas veces cortando el suministro de gas. Otras tratando de corromper a sus dirigentes y políticos.

 

Ahora la tragedia aérea del avión malasio presuntamente derribado por un misil con 298 personas a bordo dio un peligroso e impredecible giro en el conflicto entre Ucrania y Rusia

 

El aparente derribo del vuelo MH17 que se estrelló en el este del territorio ucraniano con un saldo de los 298 ocupantes muertos abrió una etapa de gran incertidumbre en el conflicto y agravará sin duda las ya deterioradas relaciones entre Moscú y Occidente.

 

El vuelo MH17 de Malaysian Airlines fue presuntamente derribado cuando sobrevolaba la región cercana a la ciudad Donetsk, en una zona rebelde prorrusa enfrentada al gobierno pro occidental de Kiev.

 

Desde el momento en que se dio a conocer la noticia de la caída del Boeing 777, que volaba de Amsterdam, Holanda a Kuala Lumpur, Malasia, y de que se presumió que había sido derribado, el Gobierno de Kiev y los rebeldes prorrusos se acusaron mutuamente del hecho.

 

Poco después, los servicios de inteligencia de EEUU aseguraron que la aeronave fue alcanzada por un misil, y hoy la embajadora e4stadounidense en la ONU, Samantha Power, dijo que ‘el avión fue probablemente derribado por un misil tierra-aire, un SA-11, operado desde una zona controlada por separatistas en el este de Ucrania’.

 

Una fuente de la OTAN dijo que ‘Rusia sigue permitiendo el cruce de mercenarios y de armamento pesado hacia Ucrania a través de sus fronteras’.

 

Moscú por su parte ha denunciado desde el comienzo de la crisis política en Ucrania, que llevó al derrocamiento del régimen prorruso de Víktor Yanukóvich, la injerencia occidental en el proceso.

 

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