Un museo dedicado a las víctimas del Holocausto

AUSCHWITZ, Polonia, jul. 10, 2014.- De las seis cámaras de ejecución aquí en Auschwitz, Polonia, ésta fue la primera. Es aquí donde científicos nazis perfeccionaron el método de poder ejecutar al mayor número de judíos, sin dejar rastro alguno de sus crímenes.

 

Un millón tres cientos mil hombres, mujeres, niños fueron ejecutados dentro de las cámaras de gas aquí en Auschwitz. Hoy, lo que fue el centro de concentración y exterminación de Auschwitz, Polonia, es un museo y memorial. Con la misión de que no sólo nunca se olviden las atrocidades que sucedieron aquí, sino asegurar que no vuelvan a suceder.

 

“Y, desde nuestro punto de vista, nuestra meta es mantener su autenticidad por el mayor tiempo posible”, asegura Pavel Sawicki, director del Museo del Holocausto en Auschwitz.

 

Tan sólo en mantener las 55 estructuras, en las casi dos hectáreas de los campamentos de concentración, exterminación e incineración de Auschwitz y Burkenau, aquí en Polonia; declarado por la UNESCO, en 1979 como patrimonio mundial Cultural, es una inversión millonaria.

 

“Para preservar todo, digamos unos 20, 25 años, necesitamos 4 a 5 millones de euros al año. Ésta es la meta del  fideicomiso. Pero el fideicomiso no garantiza la existencia de la institución y museo, sólo garantiza la preservación de la locación”, añade Pavel Sawicki.

 

Anualmente, el museo del Holocausto en Auschwitz recibe aproximadamente un millón y medio de visitantes de 150 países.

 

No obstante, para algunos sobrevivientes que fueron víctimas y a la vez, testigos presenciales del peor genocidio en la historia de la humanidad, el regresar a donde perdieron y sufrieron tanto, es aún, aún muy doloroso.

 

“No puedo regresar al campamento donde estuve. Simplemente no lo pudiera aguantar. Muchas memorias tristes”, asegura Albert Markovits, sobreviviente del Holocausto.

 

Según los sobrevivientes e historiadores, los nazis fueron los asesinos más grandes de la historia. Hoy, en los más de 500 museos y centros comunitarios dedicados a la memoria del Holocausto, aplican las lecciones de los abusos del pasado, para cambiar un presente donde existe el odio y el abuso en las aulas de todo el mundo.

 

 

AAE