Favores sexuales a cambio de alcohol

MADRID, España. 24 jul. 2014.- Serán las temperaturas que rondan los 40 grados e incluso las superan. Será que el tiempo de descanso vuelve loco a más de uno sin saber en qué emplear el tiempo libre. O será la incapacidad de saber que toda acción tiene una reacción.

 

Sea como sea lo cierto es que el turismo que visita las Islas Baleares, en el este español, salta un día sí y otro también a la primera plana de los periódicos y no por nada bueno precisamente.

 

Primero fue lo que se denominó el balconing, la genial idea de saltar al vacío desde los balcones de los hoteles o departamentos rentados con la finalidad de aterrizar en la alberca. Una moda de la que ya hemos hablado en otras ocasiones y que parece que lejos de olvidarse vuelve a hacerse realidad cada verano.

 

Tanto es así que en lo que llevamos de temporada (y como quien dice no hemos hecho más que empezar) ya ha supuesto la muerte de un joven y el ingreso en el hospital de otros dos con lesiones medulares graves.

 

Ambas han ocurrido en Ibiza y en menos de 24 horas. De madrugada y tras consumir alcohol, un turista británico se tiró a la alberca en una zona que apenas superaba el metro de altura. El otro incidente ocurrió en la playa, un joven de 19 años podría quedarse parapléjico tras lanzarse de cabeza al agua.

 

No es lo único que distingue el turismo que está llegando a las islas, en su mayoría jóvenes británicos que beben hasta perder la consciencia.

 

En especial a Palma de Mallorca y más concretamente a Magaluf, conocida como Punta Ballena, una pequeña localidad turística que no tiene más de 5000 habitantes y que se vende como lugar donde impera la fiesta, el alcohol y el sexo en otros países.

 

Y parece que lo ha conseguido porque el turismo que recibe es precisamente el más conflictivo y agresivo. Como demuestra un video que ha puesto de manifiesto un problema oculto para el resto del país pero patente un año tras otro en la isla.

 

En ese video se ve como una chica practica una felación a cambio de que la inviten a una copa, un combinado de alcohol. Lo que se pensó que podía ser algo puntual y que comenzó a investigarse por parte del Instituto de la Mujer, ha revelado toda una práctica habitual en Magaluf y que se practica de manera regular en diferentes discotecas y antros ante la vista de cualquiera y sin que nadie haga nada para remediarlo.

 

Pero no es la única atracción turística que se puede practicar en la isla. Este verano además se ha diseñado una serie de rutas etílicas por diferentes bares de la zona, cuya única misión es conseguir la mayor borrachera.

 

Todo un conglomerado que lo único que hace es atraer cada vez a más jóvenes ávidos de sol, y fiesta desmedida que ha puesto en alerta tanto a las autoridades británicas como a las españolas, ante la falta de control y las fatales consecuencias para estos jóvenes.

 

Aunque de momento, eso sí, continúa la fiesta y diversión en Magaluf con el mismo desenfreno y sin una solución a corto plazo.

 

 

Yolanda Fernández, Madrid