Remiten aguas en Balcanes, pero aumenta temor por minas desplazadas

BELGRADO, Serbia, mayo 21, 2014.-  Las aguas remiten en las zonas de los Balcanes más afectadas por las peores inundaciones en un siglo, aunque las autoridades mantienen la máxima alerta y en Bosnia crece el temor por las miles de minas desplazadas por los corrimientos de tierra.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmusen, quien visitó hoy Sarajevo, ofreció la ayuda de la Alianza tras conocer de primera mano las dimensiones de la devastación.

“Estamos dispuestos a ayudar de cualquier manera que nos pidan”, declaró en una rueda de prensa en la capital bosnia.

Rasmusen alertó sobre todo del peligro que supone el desplazamiento de las minas colocadas en la guerra (1992-1995), debido a los movimientos de tierra causados por las inundaciones.

“Es preocupante, debemos trabajar con eficacia en ese asunto. Hay muchos aliados con experiencia en ello y pueden ayudar”, dijo.

Las autoridades bosnias han advertido en los últimos días del peligro que pueden representar esas armas, que de acuerdo con los medios han sido arrastradas incluso hasta zonas pobladas.

Un experto esloveno en minas y asistencia a las víctimas, Gregor Sancanin, declaró a la agencia eslovena STA que entre un 20 y 30 por ciento de los campos minados en Bosnia están inundados y que, en teoría, es posible el desplazamiento de hasta 30.000 minas por las aguas y los deslizamientos de tierra.

En Bosnia, donde las riadas se han cobrado más de 20 vidas, la situación sigue siendo crítica en el norte, en torno a los ríos Sava y Drina, así como en el centro, todavía inundado.

En otras regiones, el agua se ha retirado y dejado decenas de centímetros de barro y basura en las calles y casas, y la Cruz Roja advierte de la necesidad de productos desinfectantes, así como de alimentos, agua potable y medicinas, entre otros.

Casi dos millones de bosnios, la mitad del país, han sido afectados de forma directa o indirecta por la catástrofe natural.

En Serbia, la ciudad de Obrenovac, en el oeste, la más afectada por la riada, sigue bajo el agua desde la pasada semana y continúa la evacuación de los ciudadanos.

Dos importantes centrales termoeléctricas, una en los alrededores de Obrenovac, están siendo protegidas con altos terraplenes y bombas de extracción de agua.

A la altura de Sabac, un punto crucial de protección ante la subida del río Sava, prosigue la lucha por mantener bien reforzados los terraplenes que el poderoso caudal amenaza con romper.

Hoy han comenzado en Serbia tres días de luto para recordar a los 27 muertos a causa de las inundaciones, las peores en más de un siglo.

Unas 32.000 personas han sido evacuadas hasta ahora.

Las riadas han dejado una gran devastación en el país, más de 3.000 kilómetros de carreteras y 250 puentes destruidos, y más de 2.500 viviendas derrumbadas, entre otros daños.

La comisaria europea de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva, recorrió hoy Obrenovac y otras zonas serbias para conocer las dimensiones de la catástrofe y entregar ayuda en forma de generadores portátiles de energía eléctrica.

Georgieva, que también se reunió con el primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, anunció que la Unión Europea ayudará a Serbia durante los próximos meses, pero que Belgrado antes debe establecer las cifras de los daños materiales.

Unas primeras estimaciones, según las autoridades serbias, se conocerán el 30 de mayo.

Por su parte, en el este de Croacia la situación es grave todavía en las regiones de Vukovar y Srijem, junto al río Sava, que ha inundado campos y aldeas, aunque decrece la amenaza ya que se registra una leve retirada del agua.

En Croacia han muerto tres personas a causa de las inundaciones que desde la pasada semana afectan a los Balcanes.

 

AAE