Quieren someter el nombre de su pueblo a referendo

MADRID, España, abr.23, 2014.- El 25 de mayo los españoles están convocados a las urnas, junto al resto de los países miembros de la Unión Europea, para elegir a sus representantes al Parlamento Europeo.

 

Unas elecciones cruciales ya que la política económica que está aplicando cada país en particular viene marcada más que nunca por lo que dictamina y aprueba la eurocámara.

 

Pese a todo sobre ellas planea el fantasma de la abstención ya que los ciudadanos de los 28 países de la Unión han dejado de confiar en que sus representantes sean capaces de solucionar la crisis que vive Europa.

 

Conscientes o no de la importancia de esta convocatoria europea, 56 ciudadanos españoles han decidido que ese día, el 25 de mayo, se acercarán a las urnas pero con otro propósito muy distinto.

 

Se trata de los 56 vecinos en edad de votar del pueblo de Castrillo de Matajudíos, en Burgos, en el centro-norte del país, que decidirán en referéndum si cambian el nombre de su localidad y se deshacen así de su apellido Matajudíos al considerarlo de connotaciones antisemitas.

 

La desafortunada nomenclatura es en realidad fruto del error de un escriba del siglo XVII, pero lleva cuatro siglos bajo esta denominación.

 

Su alcalde, Lorenzo Rodríguez ha tomado la iniciativa porque según ha explicado el nombre ofende a más de uno, además de poner en situaciones complicadas a los habitantes del pueblo cuando han viajado a diferentes partes del mundo, entre ellas Israel y han tenido que contar que en su pueblo no matan a judíos.

 

Por ello, el Jefe del Consistorio está dispuesto a rebautizar la aldea y para ello propone dos alternativas: Motajudíos o Mota de judíos, el verdadero nombre con el que cree que se habría bautizado en su día si no fuera el error tipográfico del escribano.

 

Además asegura que se respetará la decisión de la mayoría aunque solo sea una persona la que acuda a votar.

 

La convocatoria ha generado gran expectación mediática e internacional, ya que no entienden que en el siglo XXI todavía existan localidades en España con estas denominaciones poco correctas y xenófobas.

 

El ayuntamiento quiere recabar fondos para financiar un estudio y diferentes excavaciones arqueológicas con el fin de aclarar la historia del lugar, y saber si los antepasados del pueblo mataron a judíos en ese lugar.

 

Diferentes documentos históricos datan que en la zona se produjeron varias matanzas de judíos, como pasó en otras juderías de España, cuando en 1492 comenzaron las expulsiones de los cerca de 200,000 judíos que vivían en el país ibérico.

 

Aquellos que se negaron a marcharse o convertirse al cristianismo fueron ejecutados o quemados vivos.

 

Ahora con este referéndum tratan de dar respuesta a varias peticiones internacionales de cambiar el nombre tan poco apropiado y fuera de lugar tras siglos de historia.

 

 

 

Yolanda Fernández