La contaminación mata a 30 mil personas en GB

LONDRES, Inglaterra, Abr. 11, 2014.- A principios de abril una fuerte capa de smog cubrió muchas regiones del Reino Unido, en parte causado por polvo del desierto de Sahara. Este fenómeno ha disparado las alertas de contaminación y advertencias en todo el país, y provocó numerosas discusiones en la sociedad acerca de los efectos a corto y largo plazo de elevados niveles de contaminación.

 

Los especialistas admitieron, que la llamada “lluvia roja del Sahara” es una anomalía. Pero por otro lado la contaminación provocada principalmente por el uso excesivo de los automóviles, es un factor constante en muchas de las zonas urbanas de Gran Bretaña, que representa un riesgo directo a la salud de miles de personas, especialmente aquellos que sufren de asma y otras afecciones pulmonares.

 

De acuerdo con un análisis reciente, efectuado por los expertos de la organización oficial de la salud -“Public Health England” (PHE; Salud Publica de Inglaterra)- decenas de miles de personas mueren en Gran Bretaña cada año debido a la contaminación del aire.

 

El dióxido de nitrógeno y dióxido de carbono, -partículas finas en el aire expulsadas por los humos del tráfico y la generación de energía,- son bien conocidas por ser los principales factores que aumentan el riesgo de cáncer de pulmón, los problemas respiratorios y las enfermedades del corazón.

 

Los científicos británicos midieron los niveles de contaminación en todo el país y utilizaron modelos estadísticos para calcular el número de muertes causadas.

 

Los expertos llegaron a la conclusión de que en toda Gran Bretaña 29,000 muertes en el 2010 pueden atribuirse a la contaminación. Esto es casi el 6 por ciento de TODAS las muertes anuales en el país.

 

Sorprendentemente, los barrios más prósperos de Londres, como Chelsea y Westminster, tienen las tasas de mortalidad más altas: casi el 9 por ciento de todas las fatalidades están vinculadas a la contaminación del aire.

 

“Esperamos que estos datos fomenten unos cambios rápidos. Hay que reducir la cantidad del transporte motorizado, y promover facilidades para los peatones y los ciclistas. No tenemos otra opción: hay que reducir las emisiones de vehículos. Si esto se pudiera lograr en los pueblos y ciudades, entonces podríamos esperar mejoras locales de la calidad del aire” concluyó Paul Oxford, jefe de PHE.

 

El nuevo análisis estadístico reveló, que en Londres en el 2010, el 7.2 por ciento de las muertes (casi 3,400) estuvieron directamente vinculadas a la contaminación de la  atmósfera en la metrópoli.

 

Fuera de los grandes centros urbanos, la tasa de mortalidad cae drásticamente en un área remota rural de Reino Unido, las islas Hébridas Exteriores.

 

Vytas Rudavicius