Robo de armas al Ejército guatemalteco aumenta

GUATEMALA, sep. 22, 2013.- El alto índice de inseguridad que se vive en Guatemala ya alcanza las grandes esferas, y prueba de ello es la sustracción de armamento bélico de los polvorines de las Brigadas militares que funcionan en este país centroamericano.

Así lo evidencia la denuncia número C662/2013 del Ministerio Público, con fecha 16 de marzo pasado, que investiga la supuesta pérdida de 1,449 granadas de fragmentación 40 milímetros para fusil M-79, que permanecían en el polvorín de la Primera Brigada de Infantería dentro de las instalaciones del Comando Aéreo del Norte, en el norteño departamento de El Petén, el más grande del país y fronterizo con México.

Esta brigada militar, la más importante de las fuerzas castrenses, que resguarda el control fronterizo con Belice y México y que apoya en el combate al crimen organizado y el narcotráfico sobretodo mexicano y nacional, ha sido ya víctima de los tentáculos del crimen.

La pérdida de este armamento de alto calibre se dio en la administración del General Juventino Saavedra Carrascosa y el actual Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, el General Rudy Ortíz Ruiz, durante enero del 2012 a marzo del año en curso, fungiendo como generales de brigada durante la administración del ex Ministro de la Defensa Nacional, Noé Ulises Anzueto Girón.

Guatemala se ha convertido desde hace varios años en proveedor de armas de grueso calibre para las bandas del narcotráfico, según expertos en crimen organizado.

La pérdida de armamento ha sido una asignatura pendiente de las autoridades, que a pesar de asegurar que cuentan con los más estrictos niveles de control y seguridad interna, las armas continúan extraviándose.

A pesar de que el ejército guatemalteco es una de las instituciones estatales de mayor credibilidad, la infiltración del crimen evidencia su poderío en este país centroamericano, fragmentado por la corrupción y la impunidad en las oficinas de justicia guatemalteca.

Esta es la segunda pérdida de armamento de alto calibre al mando del Ejército guatemalteco durante los últimos dieciocho meses.

 

El robo de más de 125 sacos de explosivos granulados, equivalentes a 50 kilos de dinamita, 225 cajas de emulsión junto con 52 candelas y más de tres mil detonadores fueron robados por campesinos que se manifestaban en el kilómetro 103 de la carretera del municipio de Mataquescuintla, Jalapa.

La pérdida, sustracción o venta de este material pone en riesgo la seguridad nacional del país más violento de América Latina ya que podrían haber salido del país y estar en manos de bandas del narcotráfico internacional.

JVC