Como fenómenos culturales, el cine y el rock han marcado la sociedad en que vivimos. Asimismo, han ayudado a explicar muchos de los cambios sociales. El español Manuel de la Fuente, académico de la Universidad de Valencia, asegura que el rock como género cinematográfico ha impactado en el modo de construir los discursos mediáticos y políticos: publicidad, videoclips y la comunicación institucional, entre ellos.
A partir de la aparición del rock and roll, Hollywood habría delineado la imagen germinal del rockero. Inicialmente a través de ‘Rebelde sin causa’ y su protagonista James Dean en 1955 y después, al confirmar la calidad de ídolo de Elvis Presley con historias edulcoradas principalmente. No obstante, ‘El rock de la cárcel’, de 1957 podría ubicarse como la primera cinta de rock.
En la siguiente década, apareció un tipo de cine con referencias al rock que se notaba reflexivo y crítico de su tiempo. Paralelamente, el concepto de películas de música, evolucionó. No obstante que llegaban a incluir números musicales, abandonaron la simplicidad.
En ello, contribuyó primero, Tommy, disco doble de The Who de 1969 como la primera ópera rock y, dos años después, el musical de Andrew Lloyd Weber, Jesucristo súper estrella, que en 1973 tuvo su versión fílmica.
En los inicios de los años 80 y dirigida por Alan Parker, Pink Floyd: The wall encaminó el cine-rock hacia lo conceptual. La relación entre industria musical y fílmica, así como los modos de consumo de música y cine, se transformarían por completo.
La edición española de la revista Cinemanía publicó en 2012 una lista de Las 50 mejores películas de rock. Incluye lo mismo comedias que documentales, semblanzas, dramas y conciertos. En la lista figuran las películas Gimme Shelter, Trainspotting, Casi famosos, Locos por ellos, La bamba, Mi historia sin mí, Let it be, Alta fidelidad, American Graffiti y El último vals.
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