Conoce la genealogía de Rafael Tovar y de Teresa

CIUDAD DE MÉXICO, México, dic. 10, 2016.- Los antepasados de Rafael Tovar y de Teresa fueron connotadas familias de Jalisco, San Luis Potosí y Aguascalientes originario de la Ciudad de México, nació en abril de 1954, hijo de Rafael Tovar y Villa Gordoa e Isabel de Teresa y Wiechers. Con Carmen Beatriz López-Portillo Romano, su primera esposa e hija de José López Portillo, tuvo dos hijos. Con su viuda Mariana García-Bárcena también tuvo dos hijos.

 

Su padre fue hijo de Rafael Tovar y Ávila y de Dolores Villa Gordoa y López Portillo. Su abuela Dolores fue hija de Antonio Fernández de Villa Gordoa y de Margarita López Portillo y Rojas, quien fue hermana de José López Portillo y Rojas, bisabuelo de Carmen Beatriz López-Portillo.

 

Por el lado de su madre, Isabel de Teresa y Wiechers, fue familia también de cepa Su bisabuela, Susana Pesado y de la Llave de De Teresa habría estado ligada a una de las familias importantes de la nobleza de la Nueva España, los Ribadeneira. De esta familia, descendían los De la Llave, en particular el general Ignacio de la Llave, de quien tomó su nombre oficial el estado de Veracruz.

 

Al igual que su hermano Guillermo, Rafael Tovar y de Teresa consigna la importancia de la familia De la Llave en su novela Paraíso es tu memoria, publicada en 2009. Pone énfasis en el general Ignacio de la Llave. Recuerda que tomó las armas en 1847 ante la invasión estadounidense.

 

Que en 1854 se sumó al Plan de Ayutla contra el dictador Antonio López de Santa Anna. El general también luchó contra los conservadores en la Guerra de Tres Años. Al final de su vida, entre 1861 y 1863, cuando murió, fue ministro de Gobernación y de Guerra del presidente Benito Juárez.

 

En su libro Crónica de una familia entre dos mundos, Guillermo Tovar de Teresa, hermano de quien fuera secretario de cultura, relata la historia genealógica de los Ribadeneira en México y España. Gracias a sus relaciones y enlaces, los Ribadeneira se convirtieron “en una de las columnas vertebrales de la alta sociedad en el virreinato”.

 

En ese periodo, el apellido se asociaba a grandeza y fortuna El apellido se fue perdiendo con el paso de generaciones desde finales del siglo XVIII.

 

Para el siglo XIX, los descendientes de los Ribadeneira solo tenían la sangre, pero ya no tenían el apellido.

 

HVI